OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El amo se desangra"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las decisiones que va a tomar el PSOE a raíz de la dimisión de Santos Cerdán y cómo cambia el discurso cuando los casos de corrupción afectan a la izquierda o a la derecha.

Carlos Alsina

Madrid |

Y otra vez lo mismo. El país, pendiente de lo que quiera hacer con su vida una sola persona. Por segunda vez en catorce meses. El presidente contrariado, y ahora también, afligido, encerrado en soledad para reflexionar. Si en abril del año pasado se retiró a sus aposentos de la Moncloa, este fin de semana ha preferido el aire puro de la finca estatal de Quintos de Mora. Que me voy para la finca a sopesar cómo salgo de ésta.

Y si en abril del año pasado, cuando la espantada fake, el PSOE ---o lo que va quedando de él--- se sumió en el desconcierto, ciego ante la falta de señales del líder supremo, de nuevo esta vez volvió a sumirse en la turbación. 'El PSOE, desconcertado', dicen las crónicas, 'conmocionado, destrozado', y, naturalmente, esperando a ver por dónde ---y con qué--- sale ahora Sánchez. El hiperliderazgo es esto.

La agónica situación que vive el Partido Socialista ante el achicharramiento público de su número tres ---capataz del partido por delegación de Sánchez--- consiste en que fue el secretario general quien le pidió la dimisión (jueves por la mañana), fue Santos Cerdán quien informó de ella en un comunicado, pero a nadie le pareció oportuno que se reuniera de urgencia la dirección del partido para proceder con la autopsia.

Nadie lo pidió y a nadie le extrañó que nadie lo pidiera. Hoy se reúne la ejecutiva, allí donde Cerdán campó a sus anchas ocho años. Pero no se reúne porque Ferraz haya sido el paraíso de una trama corrupta. Se reúne porque lo hace todos los lunes, un cosa rutinaria, con normalidad. El partido, a la espera de que el líder supremo rumie su aflicción y le dé instrucciones.

¿De verdad es esto un partido? Esperar a ver qué quiere el líder de nosotros para dárselo.

El partido, a la espera de que quien colocó en Ferraz a Ábalos y a Cerdán comunique lo que tenga a bien comunicar. Que sea lo que sea, merecerá un sentidísimo aplauso. ¿De verdad es esto un partido? Esperar a ver qué quiere el líder de nosotros para dárselo.

Este fin de semana he leído cosas como que el Ejecutivo descarta la convocatoria de elecciones. A ver, amigos, el Ejecutivo ni descarta ni deja de descartar porque el Ejecutivo, a estos efectos, no es nada. El Ejecutivo es un grupo disciplinado, y silente, que está a lo que decida el jefe. Nadie pía, nadie se mueve.

Ministros que reciben el argumentario matinal y lo hacen suyo. Lo hicieron cuando tocaba desmentir que Santos Cerdán estuviera implicado en chanchullos varios y lo hacen ahora para alabar el gesto admirable de su jefe pidiendo perdón. El límpido presidente que dio alas a una tropa de golfos.

Rajoy pidió perdón por haber confiado en Bárcenas y el Sánchez de entonces le respondió que esto no iba de perdón

Esto también es mentira. Otra. De inédito, nada. Rajoy pidió perdón por haber confiado en Bárcenas y el Sánchez de entonces le respondió que esto no iba de perdón sino de asumir responsabilidades. Le está ocurriendo al presidente y sus apóstoles que se les vienen apareciendo, desde el jueves, todos los fantasmas de las navidades pasadas. Como si en una agria pirueta del destino, estuvieran probando ahora la medicina que aplicaron a los demás. Y bien aplicada estuvo.

Por eso ahora han de ingerirla y aplicarse, humildemente, su propio cuento. El Ejecutivo, es conocido, no sabe lo que se le pasa en realidad por la cabeza al presidente. Y sí sabe que de lo que dice hoy a lo que hace mañana suele ir un trecho imposible de anticipar. Los ministros están como lo dirigentes del partido: esperando a ver qué quiere ahora el líder de ellos para dárselo.

Dicen también las crónicas que Sánchez sopesa relevar a los hombres de Cerdán en el partido, qué decisión tan meritoria. Que podría convocar un congreso extraordinario, oye, qué menos, dijo que iba a cambiar la Ejecutiva y esa competencia la tienen los delegados en un congreso, no el secretario general por muy césar que sea.

¡El presidente irá al Congreso!, noticia bomba

También podría remodelar su gobierno, que no se sabe qué relación guarda con que te hayan destapado una corrupción de libro pero a saber, hay ministros mencionados en las grabaciones de Koldo y en las acusaciones de Aldama, el pequeño Nicolás que osó señalar a Cerdán y fue triturado por medio gobierno.

E incluso se propone el presidente ---será por opciones, ¿verdad?--- acudir al Congreso el miércoles aprovechando que le han suspendido la cita internacional que le iba a impedir asistir a la sesión de control. ¡El presidente irá al Congreso!, noticia bomba, ¿cabe medida más drástica y definitiva que ésta? Como se ve, no ganamos para bromas pesadas. Al cabo de siete años, ya está gripada hasta la máquina de fabricar coartadas.

Las dos salidas que la tradición democrática aconseja son justo las que el presidente, al parecer, no se plantea ni de broma: renunciar al cargo o someterse a la cuestión de confianza. Quienes creen saber lo que piensa el presidente explican que disolver ahora y convocar elecciones supondría perderlas de forma aún más abultada que en 2023. Y que la cuestión de confianza también se descarta porque sería ponerse en manos de las exigencias de los socios (nada nuevo, por otra parte).

Lo que convenga a la sociedad, al país, ni siquiera forma parte de las reflexiones presidenciales

Obsérvese que las razones que se dan responden exclusivamente con la conveniencia de quienes están en el poder, no a los principios, no al imperativo ético, no a las reglas básicas de la democracia representativa. Elecciones no, porque no nos convienen a nosotros. Cuestión de confianza no, porque no nos conviene a nosotros.

Lo que convenga a la sociedad, al país, al crédito del sistema, ni siquiera forma parte de las reflexiones presidenciales, todo en orden. Las reflexiones estratégicas del líder que promocionó corruptos. Presuntamente.

El amo se desangra. Si en su retiro monacal de Quintos de Mora ha tenido tiempo para leer la prensa, habrá comprobado el presidente hasta qué punto los aliados mediáticos han aparcado el aplauso para diagnosticar que su credibilidad está quebrada. Hasta los comentaristas más afines subrayaban que Sánchez, el jueves, 'se maquilló muy fuerte' para su comparecencia en Ferraz.

Qué necesidad tiene alguien, estupefacto y desolado (de verdad) por la corrupción de su escudero, de maquillarse muy fuerte. Cunde la impresión de que ha empezado la desbandada. Nunca hubo un partido en el Gobierno que tuviera a sus dos secretarios de organización, consecutivos, investigados por corrupción en el Supremo. La corrupción de las adjudicaciones y las mordidas que, para prosperar, requiere de que el partido tenga poder.

Sumar solo se pone brava cuando la corrupción es de derechas

Pobre disculpa la de IU al decir que este es un asunto del PSOE, no de ellos. El Gobierno es de coalición y la corrupción fue posible porque se disponía de un gobierno capaz de adjudicar obra pública. Pero ya se ha visto que Sumar sólo se pone brava cuando la corrupción es de derechas. Si es izquierda se diluye. Alegando que es cosa de unas pocas personas indeseables y que no afecta, que se sepa, a la financiación del partido.

Como si la corrupción fuera menos grave cuando no se beneficia de ella un partido aunque sí se hayan beneficiado dos de sus altos cargos principales.

El País escribió ayer 'el noqueo sigue' pero yo leí, por error, que lo que seguía era el 'moqueo'. Esto lo ha dicho la ministra Diana Morant. 'Cuando detectamos la corrupción'. Pero debió querer decir 'cuando nos la detecta la UCO', porque detectar, lo que se dice detectar, el PSOE no ha acreditado que detectara nada. En ocho años.

Y no es que la corrupción estuviera agazapada en una agrupación perdida en el último rincón de España. Estaba en la sede nacional del partido, planta noble, en el despacho del delegado de Sánchez para el día a día de la organización, o sea, Cerdán-Ábalos-Koldo. ¿Qué ha hecho el PSOE cuando la UCO le ha ido detectando corrupciones? Primero, decir que solo era Koldo, un manguta al que Ábalos dio demasiado carrete.

A Ábalos lo apartaban por haber elegido mal a su escudero, nada más. Después, que solo eran Ábalos y Koldo, y que Aldama era un mentiroso compulsivo. Ahora, que solo son Koldo, Ábalos y Cerdán. Que el resto del partido está limpio. Y que Sánchez ni lo pudo sospechar. O sea, lo mismo que Cerdán sostenía antes de que le empitonaran a él.

Ahora sabemos que fueron un corrupto y un malversador huido de la justicia quienes pactaron en el extranjero que España la gobernara Pedro Sánchez

De este Cerdán que aún no ha entregado su acta de diputado; de este Cerdán que se proclama inocente y califica que montaje el informe de la UCO; de este Cerdán ovacionado en el último congreso socialista cuando se dolió de la persecución que sufrían los progresistas… de este Cerdán dijeron sus compañeros hace dos años que era un hombre noble, discreto y muy negociador.

Discreto y negociador, que se lo digan a las constructoras. Sus cualidades le convertían en la persona idónea para negociar la investidura con Puigdemont. Mayor prueba de la intimidad política entre Cerdán y Sánchez no cabe. No era sólo su delegado para el día a día del partido, era el hombre al que confió la negociación (opaca) más determinante para su futuro político. Año 2023.

Ya llevaba Cerdán ---ahora lo sabemos--- ocho años corrompido. Presuntamente. Y ahora sabemos que fueron, por tanto, un corrupto y un malversador huido de la justicia quienes pactaron en el extranjero que España la gobernara Pedro Sánchez. Siempre le queda la opción al presidente de decirnos que la corrupción tampoco está tan mal si sirve para evitar que gobierne la derecha.

Pero ya que él se preguntaba, nada más llegar al poder, cómo hablarían de él los libros de historia, puede volver a preguntárselo ahora. De lo que haga en las próximas horas dependerá, en buena medida, el recuerdo que deje. Anida en muchos votantes la incómoda sensación de que el sanchismo ha sido un fraude.