OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Solo a Esquerra le pone el PSOE el calendario de la investidura en sus manos"

Otra ronda, majestad. Toca otra ronda.

Carlos Alsina

Madrid |

Planazo regio en puertas ya de las fiestas navideñas: empezar el día conversando con el diputado Martínez Oblanca, inmediatamente después con el diputado Guitarte, luego con Mazón, y con Rego, y con Baldoví, hablando con todos de lo mismo. Que si sale Sánchez o no sale. Y todos le van a decir lo mismo que él tendrá que decirles a él: qué están esperando a ver si el recluso de Lledoners pone el huevo.

El rey hace ronda, de menos a más en peso parlamentario, a sabiendas de que cuando termine el desfile mañana sólo tendrá encima de la mesa una opción: proponer a Sánchez como candidato a la investidura. Dices: ¿pero aunque Sánchez no lo tenga aún amarrado? Hombre, tampoco lo tenía amarrado en julio y el rey le propuso. Ahora está la negociación más avanzada que en julio. Ya se ha resignado a tragarse a Iglesias de vicepresidente y ya nos ha resignado a todos a depender de que Oriol Junqueras le perdone la vida para que haya gobierno.

Si el rey es coherente con la ronda de julio, Sánchez será propuesto. Lo que pasa es que luego es Sánchez quien le dice a Batet cuándo debe convocar la sesión de investidura. Y puede ir retrasando la cosa --o se la puede ir retrasando Junqueras-- (que si la navidad, que si año nuevo, que si reyes) hasta cuando a él le venga bien. Para finales de enero, que es la fecha que siempre ha manejado Esquerra Republicana. Para finales de enero siempre que antes no cambie el tablero político en Cataluña.

Hace dos semanas los peones de Junqueras decían que estaban en el no, que todo era muy difícil, y hoy ya todo lo que dicen es que para navidades es muy apurado. O sea, que para luego.

Lo más interesante que dijo la número tres de este partido (que tiene a su número uno cumpliendo condena y a su número dos fugada en Suiza) no es que prefieren dejarlo para después de reyes, no vaya a ser que Puigdemont les convoque a trai-ción unas elecciones catalanas, sino que el precio de investir a Sánchez es que éste ate de manos a los fiscales y los abogados del Estado.

El grado de apego a que ha llegado la pareja que forman el PSOE y Esquerra es tal que ya no sólo se ven para negociar lo suyo, también se ven en secreto (como ayer) para preparar la cita del día siguiente. Es decir, que tienen citas, citas para preparar la cita y citas para preparar las citas en las que preparan las citas.Sólo con Esquerra se comporta el PSOE de este modo, ‘modo cortejo’.Sólo a Esquerra le pone el PSOE no sólo la alfombra roja, sino el calendario de la investidura en sus manos. La fecha del debate la decidirá Junqueras. La peor pesadilla para Sánchez es que el rey le proponga como candidato mañana y dentro de diez días Torra convoque elecciones catalanas y le deje a él sin Esquerra y colgado de la brocha. Otra investidura naufragada convertiría al presidente ya en caricatura.

Al Defensor del Pueblo catalán ya lo conoce usted porque estuvo en este programa hace unas semanas demostrando que él defender, lo que se dice defender, sólo defiende el argumentario independentista.

Ayer estuvo con Josep Cuní en la cadena Ser y le preguntó el periodista por las listas de espera. Cataluña es la comunidad con más personas esperando a ser llamadas para operarse: ciento cincuenta mil pacientes. El tiempo media de espera es de 146 días, por encima de la media del resto de España que es de 115. Se le pregunta por las listas de espera y, en su afán por salvar la cara al gobierno independentista por el que bebe los vientos, el Defensor le dispensa cuidados paliativos.

Por fin hemos dado con el problema de las listas de espera en Cataluña, ¿lo ve? Es la peregrinación de los enfermos del resto de España que acuden en aluvión a aprovecharse de la inmejorable sanidad catalana. ¿O es que no los ve usted?, colapsando las autovías, atiborrando los trenes, inundando los centros de salud, desbordando los vestíbulos de los hospitales de Cataluña. Son los engorrosos pacientes llegados de Castilla, de Andalucía, de Extremadura, oportunistas que en lugar de operarse donde viven cruzan la península sólo para hacerle la puñeta a los catalanes exprimiendo sus escasos recursos y metiendo la sanidad pública en déficit. Malditos españoles contagiosos.

El Defensor, o no entiende de lo que habla o falsifica la realidad a conciencia. Un paciente de Teruel no llega a un hospital de Barcelona porque le apetezca hacer gasto, llega porque lo envían allí los médicos que lo atienden en su tierra. Y lo envían porque para la enfermedad que padece, el servicio de referencia está en Barcelona (como ocurre con pacientes enviados a hospitales de Madrid, o de Valencia, o de Pamplona). El coste de ese tratamiento lo asume la comunidad donde reside. Y sí, hay cantidades que aún se adeudan unas comunidades a otras. También Cataluña debe dinero, por este concepto, a regiones donde han sido tratados pacientes catalanes (faltaría más, para eso el sistema de salud es nacional, o estatal, que diría el señor Ribó).

Al Defensor Ribó le llamaron ayer de El País para pedirle los datos en los que basa su afirmación sobre el déficit por los pacientes de otras regiones y no dio respuesta. A él le basta con deslizar esta idea, tan del repertorio independentista de siempre, que dice que Cataluña se ve exprimida lo mismo por los escolares extremeños, que se creen con derecho a tener ordenador, que por los enfermos de Teruel, que se creen con derecho a ser tratados en los hospitales mejor preparados para ello. Mucho predicar la fraternidad con los demás pueblos de España –-estribillo de Junqueras— pero a la hora de la verdad es la solidaridad entre comunidades (y entre contribuyentes de esas comunidades) lo que provoca sarpullidos a algunos patriotas.

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