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El monólogo de Alsina: "Forcadell fue una consejera del gobierno independentista camuflada en presidenta de Parlamento"

Protagonista, en el Tribunal Supremo Carme Forcadell Lluis. La activista de Esquerra Republicana a la que Oriol Junqueras, de común acuerdo con Artur Mas, colocó en la presidencia del Parlamento Catalán para asegurarse de que el rodillo funcionara como un reloj.

ondacero.es

Madrid | 26.02.2019 08:15 (Publicado 26.02.2019 07:43)

A las órdenes del gobierno independentista y sometiendo a votación lo que el gobierno mandara. Forcadell fue una consejera más de aquel gobierno, camuflada en presidenta de Parlamento.

• Fue ella quien silenció a la oposición para aprobar la ley de transitoriedad y todo aquello.

• Fue ella quien dio valor a un referéndum inconstitucional y a su recuento.

• Fue ella quien sometió a votación, en urna secreta, la proclamación de la República Catalana.

• Y fue quien leyó aquel texto infame que atentaba contra los derechos del resto de los ciudadanos.

Carme Forcadell. La bronca que le montó el independentismo al rey Felipe por no recibirla en la Zarzuela para que le informara de que habían investido a un tal Puigdemont. Lo ofendidos que estaban entonces y lo natural que les parece ahora que Torrano quiera saludar al rey en público.

Hoy Forcadell se esmerará en explicarle a su abogado que la proclamación de la República fue sólo una manera de expresarse. Que ni siquiera estaba en la parte dispositiva. Que sólo estaban haciendo política, a ver si el gobierno de Rajoy se plegaba a hacer un enjuague que abriera camino a la autodeterminación. El cuento de siempre.

Ayer la Guardia Civil entregó un nuevo informe al juzgado número 13 de Barcelona, el que investiga los preparativos del primero de octubre. Informe que menciona a Joaquim Torra. Sólo lo menciona. Como una de las personas que formaban parte de la cohorte independentista creada alrededor de Artur Mas y de Oriol Junqueras, en los tiempos del Junts pel Sí y las manifestaciones de la ANC y Omnium Cultural. En concreto aporta la Guardia Civil un vídeo que ya se conocía y en el que sale Torra, encantado de haberse conocido, presentando un libro suyo en 2016.

Si existe, o no, algún indicio sólido contra el señor Torra lo establecerá el juez. El vídeo en cuestión lo difundió el diario El País, Fernando Pérez, en mayo del año pasado, cuando Puigdemont se sacó de la manga a este Torra para que le guardara el sillón en Sant Jaume y los medios se pusieron a indagar para saber de dónde salía este señor y qué tenía en la cabeza. Ahí apareció el libro y el vídeo de la presentación del libro. Donde Torra, desinhibido y ante un público entregado, expone lo que él entiende que debe hacer el movimiento nacional independentista.

Es interesante revisar ahora ese vídeo porque ahí está el Torra genuino, no éste de ahora que presume de dialogante y dice dejarse los cuernos intentando que prospere una negociación con el gobierno de España. El Torra genuino, año 2016, es éste que sostiene que la fecha crucial para la independencia ya se produjo. Fue el nueve de noviembre de 2014. La consulta que celebró Artur Mas. Porque ese día, según él, Cataluña se declaró soberana. De manera inconstitucional, por supuesto, lo admite. Pero le da igual.

La declaración es inconstitucional, pero como hay que ser consecuente con ella, pues hay que seguir por la vía inconstitucional. Hace bromas el señor Torra con eso de darle a la cosa una apariencia de legalidad jurídica, un paripé. Lo siguiente que hay que hacer, dice él, es provocar una tormenta perfecta de movilizaciones en la calle y leyes inconstitucionales aprobadas por la mayoría absoluta que obtuvo el independentismo en 2015.

Cada cincuenta años se acostumbraba a bombardear a los catalanes, así, por deporte. Este estribillo que tantas veces se escuchó en boca de los líderes independentistas: no podrían encarcelar a dos millones de catalanes. Claro que no. Ni nadie lo intentó. Se encarceló a los gobernantes que incurrieron en supuestos y graves delitos. Pero fíjense lo que decía este Torra sin filtros que aún no se sentía escudriñado por la oposición y por la fiscalía. Me diréis, decía, cómo vamos a hacer un referéndum unilateral si todo es inconstitucional.

Vamos por las bravas porque a nadie le cabe en la cabeza que el gobierno de España vaya a aceptar, o a negociar, un referéndum de autodeterminación. Ésta es la cuestión. Que el señor Torra sigue pensando hoy lo mismo que pensaba cuando no era nadie.

• Él sabía, y sabe, que la soberanía de Cataluña no existe en la Constitución.

• Sabía, y sabe, que el procés fue contrario a la Constitución.

• Sabía, y sabe, que el gobierno de España (el de ahora y el de antes) no pueden negociar la autodeterminación.

Y por eso todas sus apelaciones al diálogo y la negociación política forman parte de la puesta en escena posterior al naufragio. No era Torra, en 2016 y 2017, quien dirigía el cotarro (era su fabricante, Puigdemont, y el compadre Junqueras) pero la hoja de ruta de la que él hablaba en aquel vídeo es exactamente la que se llevó adelante. Sólo que entonces él lo contaba con la alegría de quien cree que todo es un juego de niños en el que la victoria está asegurada y hoy lo cuenta con la frustración de haberse encontrado de frente con el Estado.

En el mercado de fichajes prelectorales, jugar con fuego. El 28 de mayo veremos cómo le sale a Rivera la operación Clemente. Reclutar para su causa a una ex consejera que ha estado toda la vida en el PP y con quien no iba a contar el nuevo líder regional del partido, Mañueco. El jueves dio portazo al PP. El lunes la presentó vestida de naranja José Manuel Villegas. Visto y no visto el cambio de camiseta y sin que se hayan celebrado aún las primarias. Porque en Ciudadanos hay primarias y la recién llegada, por muy apadrinada que venga por Rivera, ha levantado ampollas. Estas sí van a ser unas primarias de verdad: al jefe supremo le discute su decisión el diputado nacional Francisco Igea. Que le disputa el cartel a la fichada.

El Partido Popular no derrama una lágrima por la pérdida. Observen cómo Javier Maroto, Partido Popular, estuvo a punto de referirse ayer a Silvia Clemente como ‘esa persona de la que usted me habla’.

Se dio cuenta a tiempo y corrigió. Para evitar que se hagan bromas. Naturalmente, tan poco creíble es que el PP airee ahora las sospechas de poca honestidad de la señora Clemente habiendo despreciado esas sospechas durante años como que la señora Clemente haya descubierto su corazoncito naranja justo a tres meses de las elecciones y cuando ha sabido que en su partido no contaban con ella.

Los fichajes garantizan que se hable de ti diez minutos. Luego ya tienes que apechar el resto de la campaña con el fichaje que has hecho, para lo bueno y, sobre todo, para lo malo.

Sabiendo que si consiguen el sillón que ansían se quedarán y si no, lo más probable es que abandonen. Hay pocos ejemplos de permanencia. Angel Gabilondo es el más conocido. Rector de universidad reclutado por Zapatero como ministro, ex ministro reclutado luego por Sánchez que ha ejercido de portavoz parlamentario en la Asamblea de Madrid sin mayor relumbrón ni más ambiciones. Y ahí sigue, como independiente y convertido en el candidato más sólido de los que se presentan en mayo.