OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Delgado abusó del estribillo de las derechas extremas y lo convirtió en caricatura"

Como motivo de celebración, hoy, la vida. Haber sobrevivido a la riada. El torrente que se llevó por delante a diez personas.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 11.10.2018 07:53

La vida de familias que hoy pueden respirar aliviadas porque todo ellos siguen vivos. La familia de Adán Heredia, él, su esposa y su niña. A los que intentó arrastrar consigo la corriente y probablemente lo hubiera conseguido de no aparecer una pareja de la guardia civil, Sergio y Nora.

Este documento que debemos a la televisión asturiana. El rescatado, horas después de haber estado a punto de perderlo todo, dando las gracias al guardia civil que lo ha salvado.

La guardia civil, que siempre es la primera en llega a los pueblos y en prestar ayuda. En la víspera del día del Pilar, esta mañana, a partir de las diez, hablaremos de la Guardia Civil. Qué-Sabemos-De la guardia y de los guardias. Cuántas historias como ésta de ayer no podrían contarse en sus 175 años.

Mallorca, en el día siguiente a la desgracia que provocó la tromba de agua.

Familias que permanecen enteras y familias que habrán de sepultar a alguno de los suyos. Cómo ponerse en la piel de esa niña que iba en el coche con su hermano. Conduciendo la madre, Joana. Sorprendidos todos por la arremetida, repentina, de la corriente abrumadora.

A esa mujer, al volante, le sucedió esto mismo que nos narraba ayer Juan Ignacio, en este programa al filo de las once de la mañana.

De repente, la acometida. El coche descontrolado, inundándose, flotando. El coche que choca contra algo y se para. Y esa mujer, Joana, la madre con sus dos niños dentro, que consigue sacar de allí a la cría, salvarla, y que regresa a por el niño pero ya no llega a tiempo. El cuerpo de ella se encontró dentro del vehículo. Al niño lo sigue buscando la unidad militar de emergencias en S’Illot.

Once de octubre. En la víspera de una jornada festiva amanece Mallorca sobrecogida aún por cuanto ocurrió, y se vio, y se escuchó en las últimas treinta y seis horas.

Dolores Delgado confía en que todo quede aquí. En que esta comparecencia que ella misma pidió en la comisión de Justicia del Congreso termine con la tormenta que a punto estuvo de derribarla.

Abandone toda esperanza la ministra porque las preguntas sólo dejan de hacerse cuando uno, o una, de verdad las responde. Delgado no dio respuestas ayer, ninguna, y eso va a prolongar, muy a su pesar, el caso Villarejo.

Los eslóganes de última hora, los estribillos, las ocurrencias, sirven para despachar a los periodistas en un pasillo o para salir del paso de un rifirrafe en el Hemiciclo. Pero ni el estribillo, ni los eslóganes, ni las ocurrencias de última hora dan para salvar una comparecencia en la comisión de Justicia. Muy al contrario. El abuso del estribillo lo convierte en caricatura. La ministra debió de pensar que era ingenioso repetir cada dos minutos esto de las derechas extremas.

Como a ella, o a quien le asesore en táctica política, debió de parecerle brillante, abusó tanto de la cosa que se le vio el cartón al truco. El truco que ya había utilizado una hora antes Carmen Calvo en el programa de Julia Otero.

Hasta ahora el argumento dique del gobierno era 'Villarejo chantajea al Estado y el Estado no cederá sacrificando una ministra'. Ahora el argumento se amplía con esta segunda parte que dice: 'Y las derechas, extremísimas todas, se dejan dirigir por Villarejo'.

El relato del gobierno, como diría un politólogo, presenta una avería. Y ayer pudo notarlo la ministra porque fue por ahí por donde naufragó su comparecencia. Si te presentas afirmando, de saque, que Villarejo es un corrupto chantajista que intenta que lo saquen de la cárcel extorsionando al Gobierno…

…es natural que los diputados te pregunten en qué consiste ese chantaje (o intento de chantaje). Porque primero dijo la ministra que el gobierno estaba siendo chantajeado…

…y luego ya que no, que no era eso.

Pero bueno, que si dices con contundencia que un presunto delincuente ha intentado chantajear al gobierno lo natural es que te hagan estas dos preguntas que hicieron (y fueron las más necesarias de la tarde) el diputado de Podemos y el de Ciudadanos. Ignacio Prendes, del partido naranja.

Lógico, ¿no? Si a usted han intentado chantajearla, díganos cuándo y cómo fue. Y luego Eduardo Santos, de Podemos. Cuando un tipo intenta chantajear a alguien es porque tiene munición, o eso cree, con la que chantajearle.

Muy suavecito, en todo caso, el portavoz de Podemos ayer, teniendo en cuenta que su líder Iglesias pidió la cabeza de la ministra.

Como Delgado da por hecho que la difusión de las grabaciones busca desestabilizar al gobierno pero a la vez se niega a comentar nada que tenga que ver con esas grabaciones, es natural que le pregunten oiga, el chantaje, o intento de chantaje, cómo ha sido. Sobre todo cuando es ella misma la que describe el modus operandi del comisario, basándose en la fiscalía anticorrupción, como tráfico de información comprometedora.

Pero la ministra, ya les digo, dilapidó su comparecencia no dando una sola respuesta. Tampoco sobre las reuniones que reconoció con Villarejo y que ahora han desaparecido sospechosamente del relato.

En lugar de información, ofreció eslóganes de tercera.

El abuso y la caricatura sólo conduce a devaluar el argumentario.

En ocasiones, veo ultras.

La mano blanda de Podemos con Dolores Delgado en la comisión, ayer, está en sintonía con el clima de empatía suprema que van a exhibir hoy Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los compadres presupuestarios. Ayer se vieron, con la misma transparencia de casi todas sus reuniones —o sea, en secreto— y hoy se espera que anuncien que ya se han puesto de acuerdo. Ayer estaba Podemos en el no a los Presupuestos (pura sobreactuación) y hoy ya está para anunciar que le vale lo que Sánchez ha puesto. ¿Cómo era la negociación según Iglesias?

Es decir, que si hoy se anuncia el acuerdo es que Sánchez se ha rendido. O eso dice Iglesias.

El pacto no cambia el problema de fondo (Sánchez no tiene el apoyo del PDeCAT para aprobar sus cuentas) pero le permite al gobierno decir que él trata de sacar adelante un proyecto progresista para España, con Podemos como avalista de la izquierda, pero son los independentistas los que no le dejan. Y las derechas, claro.