opinión

Monólogo de Alsina: "Ciudadanos: costalero a palos"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo de Más de uno sobre lo que supondrá la vacuna contra el coronavius. Además, habla de los Presupuestos Generales del Estado y los apoyos del Gobierno.

Carlos Alsina

Madrid | 11.11.2020 08:19

Los gobernantes se han lanzado a la carrera de espolear nuestro optimismo, nuestra esperanza, nuestra confianza en que la vacuna ya está ahí, a unas pocas semanas, la tocamos prácticamente con los dedos. Uno entiende que siendo la vacuna el único remedio que, en realidad, se contempla para acabar con esta pesadilla que pronto va a cumplir un año se abrace con fanfarria y trompetería el comunicado de la farmacéutica Pfizer y se informe a la sociedad de los millones de dosis que empezarán a distribuirse a principios del año que viene. Si todo va bien.

Siempre agrada más oír hablar de los diez millones de vacunados que, según el ministro Illa, podríamos tener a primeros de año que de los hospitalizados que ocupan el 30 % de las camas de UCI o de los pacientes que, desgraciadamente, mueren. Pero ya que los gobernantes presumen de estar siempre a lo que los médicos y los científicos les dicen que no pierdan de vista el llamamiento a la cautela que unos y otros están haciendo. Como ayer dijo el ministro de Sanidad alemán, hablar de cuándo podrá empezar a producirse o a distribuirse es mera especulación.

Vacuna todavía no existe. Hay un proyecto (o varios) muy avanzados, pero ninguno de ellos ha concluido todavía los exámenes. Tratamiento imbatible contra la enfermedad tampoco se ha encontrado. Y la segunda ola nos está golpeando duro. De modo que… bendita sea la investigación que nos traerá la vacuna pero en nuestra vida corriente hoy aún nada ha cambiado. Como escuchamos ayer a los médicos que colaboran en este programa, lo más útil que podemos hacer es seguir comportándonos como si no fuera a haber vacuna.

No olvidar ni dónde estamos ni el trecho que aún queda por recorrer. Lo más inmediato que aún tenemos como reto es revertir la expansión de la epidemia. Con el toque de queda y las restricción de movimientos y actividades se ha conseguido (eso reflejan los indicadores) que la incidencia se detenga en los 525 casos por cien mil (Aragón bajó ayer de los mil casos, noticia también prometedora). Pero sigue siendo una incidencia muy alta, de riesgo máximo según los estándares del ministerio de Sanidad, y que tiene como consecuencia que el número de personas fallecidas también es muy superior al que teníamos a principios de septiembre. Ayer mencionábamos que el 4 de noviembre alcanzamos los doscientos fallecimientos en un día. Con la revisión de datos de cada jornada hoy sabemos que fueron 223. En esos números no estamos moviendo hoy. La esperanza para el año que viene es la vacuna, pero la esperanza para lo que queda de este año es que cumpliendo las medidas de autoprotección que conocemos consigamos que esos números bajen.

A las doce comienza en el Congreso el debate sobre los Presupuestos del próximo año. Primer asalto: las enmiendas a la totalidad. Traducido: los grupos que consideran que la cuentas están tan mal hechas que no tienen arreglo posible. El PP, Vox, Coalición Canaria están en esa tesis. Pero son minoría y mañana perderán las votaciones.

Superada la primera criba, le tocará al gobierno amarrar el voto favorable de los aspirantes que revolotean a su alrededor queriendo dejar su impronta en el proyecto para reivindicarse ante el electorado como gente útil. Esquerra quiere medallas con las que comparecer a las elecciones catalanas (e Iglesias está loco por dárselas), Ciudadanos las quiere para diferenciarse del PP y de Vox y compensar los desaires a que el gobierno de coalición le somete, es decir, para sacudirse la imagen de escudero a palos de Sánchez.

Si Esquerra presume de haber borrado de la ley educativa la mención al español como lengua vehicular, Ciudadanos quiere poder presumir de haber dejado ese párrafo de la ley como estaba. Ninguna de las partidas de los Presupuestos tiene nada que ver con esto, pero en la negociación ya cabe todo.

La doctrina del gobierno dice que no hay concesiones a Esquerra Republicana, sino modificaciones razonables de los textos legales. Que no se debilita al español por borrar de la ley educativa el pasaje en el que se decía que es lengua vehicular en la enseñanza, sólo se regresa a la situación anterior a la ley Wert, bestia negra del PSOE y del independentismo. Que no se pretende rebajar la pena de Oriol Junqueras modificando el delito de sedición, sino que es una modernización del código penal que no está urgiendo la Unión Europea y la sociedad española. Y que no pasa nada por pactar los Presupuestos del país con un partido independentista que ya dijo que la estabilidad de España le importa un comín… porque lo importante de Esquerra Republicana es que es de izquierdas, como el PSOE y como Podemos.

Del guión que escribe cada día el departamento de guionistas de la Moncloa se aparta el barón socialista Javier Lambán, que ayer en este programa dijo estas tres cosas:

· Que pactar los Presupuestos del Estado Español con partidos que aspiran a debilitar el Estado Español no fortalece el país.

· Que eliminar de la ley de educación la consideración del español como lengua vehicular en todo el territorio nacional no es buena idea.

· Y que no percibe una urgencia social para reformar el código penal y modificar el delito de sedición, por el que cumple condena Oriol Junqueras.