Opinión

Alsina, sobre el caso Koldo: "¿Lo de Ábalos era lo normal, o todo lo contrario? Y si es lo segundo ¿quién estaba al tanto?"

Carlos Alsina aborda en su monólogo las circunstancias que rodena la comparecencia de José Luis Ábalos en el Supremo, marcada por la desconfianza creciente del juez y el fiscal anticorrupción.

Carlos Alsina

Madrid |

Monólogo de Alsina, en Más de uno

En 1971, la televisión pública italiana exhumó un formato que había ensayado siete años antes para su horario de máxima audiencia: un programa de variedades muy en el estilo de la época -muy Galas del sábado- que tituló 'Teatro 10'. Grabado en un teatro, con una inmensa orquesta en directo y desfile de artistas italianos y extranjeros. Contrató para que lo presentara al actor Alberto Lupo.

Que es este señor muy desenvuelto que hacía lo que hoy llamaríamos un monólogo de humor -también muy de la época, sobre suegras, esposas que obligan a sus pobres maridos a ayudar en casa y otros clásicos de la caspa machista de todos los tiempos-, y después iba dando paso a las actuaciones y actuaba él mismo. Cantar, no cantaba, pero exhibía su voz profunda sobre un fondo musical y así sonaba parecido. (Esto también se llevaba mucho entonces, el falso cantante que recita).

El caso es que el programa tuvo gran éxito, como ocurría con todos los programas cuando solo había una televisión, e incorporó en sus últimas ediciones a una cantante de verdad que acompañaba a Lupo. Su nombre: Mina Anna María Mazzini. O sea, Mina. El pasaje que mayor repercusión acabaría teniendo de aquel programa se produjo en el séptimo episodio de la temporada del 72. Cuando Mina y Lupo interpretaron una canción compuesta por los autores del programa.

'Parole, parole', la historia de una mujer que le afea a su pareja el bla bla bla con el que intenta justificar las mentiras que ha tenido que aguantarle. 'Parole, parole', en español 'palabras, palabras' se convirtió en un tema popularísimo y quedó como expresión máxima de la falta de crédito de un hombre. Hicieron una versión en español Carmen Sevilla y Paco Rabal.

Palabras, palabras, palabras. A las diez de esta mañana está citado en el Tribunal Supremo este hombre de voz profunda que responde al nombre de José Luis Ábalos. Hans Christian Ábalos, cuya aptitud para el cuentismo y la fabulación están acreditadas, tiene contrariado al juez Puente y al fiscal anticorrupción Luzón porque le ven, cómo te diría yo, poco dado a colaborar con la investigación judicial que le afecta. Como si urdiera trucos de quinta para demorar sus comparecencias, jugar con los tiempos judiciales y hacerse el sueco.

Hans Christian Ábalos, cuya aptitud para el cuentismo y la fabulación están acreditadas

El juez le dijo ayer que esto de prescindir de su abogado cuarenta y ocho horas antes del interrogatorio no cuela y que, sin falta, esta mañana se persone. La fiscalía deja caer que el último informe de la UCO, con sus chistorras, sus 95.000 euros de procedencia ignorada y el trasiego de sobres con billetes que recogía Koldo en Ferraz a nombre de Ábalos y para luego administrarlos él, pero pagándole todos los gastos al ministro -esto en la cuenta A, esto en la cuenta B-, ha cambiado la situación y podría llevar (veremos) a cambiar también el lugar donde duerma el diputado-imputado. En lugar de su casa, la prisión.

Se verá, porque primero hay que atender a cómo responda a la pregunta principal: que es por qué en 2018, coincidiendo con su designación como ministro -no uno cualquiera, sino el más político y más cercano al presidente- deja de sacar del dinero de sus cuentas -no usa la tarjeta para sus gastos- pero ingresa más dinero en efectivo que antes de ser ministro y delega en Koldo y señora la gestión de sus gastos.

Como delega en Koldo y su señora la recogida de los sobres con la liquidación de gastos en Ferraz que se abonaban formalmente a Ábalos -los famosos, y austeros gastos de representación, cuatro mil quinientos euros en un mes solo en comidas- pero se entregaban a Koldo o su mujer sin que a nadie se le moviera un pelo. Además de la adaptación de Carmen Sevilla, en España hicieron una versión del Parole, parole los hermanos Calatrava.

Bueno, en el esfuerzo que viene haciendo el PSOE post Ábalos en convencer al personal de que es perfectamente normal, lícito, transparente que los gastos de representación se cobren de esta manera (y en estas cuantías) se ha colado un elemento extraño. Y es que siendo todo tan corriente y tan ejemplar, no ha habido forma, en dos semanas, de escuchar a un solo dirigente del partido que dijera abiertamente, y con orgullo, pues sí, yo también recibí sobres de esos.

Y aquí están las cantidades que pasé de comidas y de viajes y de taxis. Ni uno. Y no será porque no haya habido dirigentes en Ferraz en estos ocho años. Es interesante la forma en que respondió ayer el secretario general, y mentor de Ábalos y Cerdán, cuando se le preguntó en la SER ayer si él también recogió sobres con sus liquidaciones de gastos.

No es que lo sepa, es que supone que alguna vez lo haría. Seguro. Pero sin que lo recuerde muy bien porque no era algo habitual en él. ¿Y cómo es que no lo era? Si a su secretario de organización se le pagaban las comidas y los desplazamientos y los hoteles, ¿al secretario general no? Porque si lo normal era lo de Sánchez, pasar alguna vez alguna cosa, pero nada apreciable, lo anormal sería lo de Ábalos, ¿no?, trescientos cincuenta en este sobre, ochocientos en este, cuánto money en la caja.

El secretario general ha sido el primero, dos semanas después, en admitir, sin mucha concreción, que él también. Y cuando le preguntaron ayer los periodistas a otra dirigente de la Ejecutiva, Pilar Alegría, si ella pasó gastos, su respuesta fue esta. Le aseguraría. ¿Eso es que no, o que no sabe?

Si en algún momento se produjo. De nuevo, esta cosa llamativa de no recordar si una pasaba los gastos al partido o no. Quizá alguna vez. Quizá. Poca cosa, por tanto. Preguntemos de nuevo: ¿entonces lo de Ábalos y Koldo era lo normal, o todo lo contrario? Y si es lo segundo, ¿quién estaba al tanto?

De nuevo, esta cosa llamativa de no recordar si una pasaba los gastos al partido o no

Tiene razón la ministra portavoz del Gobierno en que no es de recibo despachar la mentira de un alto cargo alegando que mentir no es delinquir, como hizo la portavoz del PP cuando le preguntaron por las deducciones que Miguel Ángel Rodríguez difunde como si fueran hechos probados. Mentir no será ilegal (o no siempre) pero es inaceptable. Y no solo en política.

Tiene razón Pilar Alegría en decirlo y en denunciarlo. Ayudaría mucho a creer que lo dice con convicción si se animara ella misma a pedir perdón, tantos meses después, por haber dado aire al bulo sobre el capitán Bonilla y su deseo de matar al presidente. Ayudaría si no fuera la ministra portavoz quien difundió, desde la Moncloa, una versión falsa de un auto de la Audiencia Provincial de Madrid y varias versiones falsas sobre lo que dicen o dejan de decir los informes de la UCO.

Y ayudaría que se aplicara el cuento de lo inaceptable que es mentir el presidente del Gobierno cuando va y le dice a Ángels Barceló que él no felicita a Corina Machado por el Nobel de la Paz porque no felicita nunca ni valora el Nobel -pero qué me estás contando, Pedro-.

Ayudaría que tanto el secretario general del PSOE como su portavoz parlamentario dejaran de atribuir a la UCO, y al informe de la UCO, una afirmación que no aparece en el informe porque la UCO no la ha hecho: esto de que no ha habido financiación irregular del PSOE.

De Patxi López nadie va a esperar a estas alturas que se tome el trabajo de leer un informe de trescientos folios, pero del presidente del Gobierno de España sí cabe esperar un poco más de rigor en la atribución a la Guardia Civil de afirmaciones interesadas. Ayudaría, en fin, a creerse que el PSOE siente un respeto encomiable por la verdad si su portavoz parlamentario no pusiera en boca de Donald Trump afirmaciones que este tampoco ha hecho.

Trump vuelve a la carga contra España

Trump dijo que la política española es fantástica, según la versión libre de Patxi López. Anoche salió a Trump a insistir con su raca raca de la inversión en Defensa. De nuevo abogando porque España sea castigada por egoísta y por aprovechada. Dice que le tenemos descontento, qué se le va a hacer. Y se confirma que lo único que Trump sabe de España, y del gobierno de España, en esto del PIB en Defensa. A ver si Patxi le hace hoy la traducción simultánea y consigue darle la vuelta.

Por cierto, se le preguntó de nuevo a Sánchez ayer por los Presupuestos que el Gobierno no presentó cuando debía. Y dijo que sí, síiiii, esta vez sí. Bonito momento este en el que dice que va a sudar la camiseta y que si no los ha presentado a tiempo es porque está trabajando en ello.

Si no se trata de cómo de a gusto se sienta usted, presidente. Se trata de que tiene una obligación que sigue incumpliendo. Se trata de que ha tenido un año entero para elaborarlos. Y se trata de que usted ha hurtado el debate de Presupuestos a la Cámara. Cuánto bla bla bla y cuánto cuento.