opinión

Monólogo de Alsina: "Bárcenas y el perfecto conocedor"

Carlos Alsina analiza en su monólogo de Más de uno las últimas declaraciones del ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas.

Carlos Alsina

Madrid | 04.02.2021 08:22

Hay episodios en la vida de una persona que por más que quiera borrarlos, la persiguen el resto de sus días.

En enero de 2018 aún era presidente del gobierno Mariano Rajoy. El día 24 de ese mes visitó este programa.La entrevista empezó así.

M. Rajoy. La anotación que aparece en los famosos papeles de Bárcenas y que persigue a Rajoy desde hace doce años. La pesadilla que cada cierto tiempo vuelve. No ha habido asunto que haya incomodado más al señor Rajoy en las entrevistas que la Gürtel, Bárcenas y la financiación irregular de su partido. Y ahora regresa todo a las primeras páginas de la mano de Bárcenas y en vísperas de que la Audiencia Nacional comience a juzgar si la reforma de la sede del PP, dos años antes de que estallara la Gurtel, se realizó con dinero negro. Es decir, no reflejado en la contabilidad del partido. Es decir, procedente de una caja B. LA caja B. El juicio que establecerá si, como apuntan los abundantísimos indicios reunidos en la causa, existió esa caja B. Y en ese caso, quiénes estaban al tanto de que el partido funcionaba con dinero negro procedente de empresarios que pagaban por conseguir trato de favor en la adjudicación de contratos. Quiénes estaban al tanto de la corrupción y quiénes la encubrieron.

Luis Bárcenas, el tesorero, ha ido alternando en estos doce años dos estrategias que en realidad han sido la misma: la colaboración con la justicia aportando pruebas y testimonios que corroboran la financiación irregular del partido y el silencio y la exoneración de altos cargos del partido para que no resultaran salpicados. Que hiciera una cosa o hiciera otra dependía de en qué punto estuviera la negociación que siempre mantuvo con la dirección del PP para intentar aliviar su futuro procesal (y el de su esposa) a cambio de callar lo que sabía y de mantener alejadas del juzgado las pruebas que pudiera tener. Porque el núcleo duro de Rajoy, temeroso de la munición que Bárcenas pudiera tener, le hizo creer que podía maniobrar desde el gobierno para librarle del calvario judicial y, en el peor de los casos, para librar a su esposa Rosalía de la cárcel.

Bárcenas fue quien hizo llegar al juez, a través de un mensajero, sus anotaciones contables en 2013 (aviso a Rajoy), pero también quien negó luego que las anotaciones fueran suyas (margen para que Rajoy negociara). Bárcenas fue quien declaró en 2013 al juez Ruz que Rajoy habría destruido en su despacho los documentos de la contabilidad paralela y quien luego declaró en el juicio de 2017 que Rajoy fue quien rompió con Francisco Correa porque no veía que sus negocios fueran limpios.

El juego, perverso, de un imputado que utiliza lo que sabe para presionar al presidente del gobierno y de un presidente del gobierno que utiliza su puesto para intentar asegurarse el silencio del imputado ---Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos--- mientras altos cargos de Interior montan la Kitchen como Villarejo como artista invitado (Villarejo el que se reunió con Cospedal en Génova, 13), el juego perverso ya terminó. Se acabó el día que Rajoy perdió el poder (por la moción de censura fruto de la sentencia de la Gurtel) y se acabó del todo para Bárcenas el día que el Tribunal Supremo ordenó el encarcelamiento de Rosalía.

Bárcenas lo ha puesto todo en orden y por escrito. En su texto Rajoy pasa a ser el perfecto conocedor. Perfecto conocedor de lo que había.

• Declara que el PP (no dice quién) le garantizó que su esposa Rosalía no entraría en prisión.

• Se reafirma en que hubo caja B y documentos que recogían los ingresos y los pagos. (Esto que en el juicio llamó, de forma creativa, contabilidad extracontable).

• Reitera lo que le contó a Ruz: que él mismo le llevó a Rajoy los documentos de la contabilidadparalela en 2009 y que Rajoy los trituró en la máquina que tenían en su despacho. Que es lo más parecido a triturar un disco duro.

• Y añade que Álvaro Lapuerta, el tesorero hoy fallecido, mencionaba en una conversación que está grabada que Rajoy cobró sobresueldos, M. Rajoy. ¿Dónde está esa grabacion? ¿Quién la tiene? Eso Bárcenas aún no lo cuenta.

¿Le molesta que le llamen M. Rajoy?, le pregunté a Rajoy hace tres años.

Rajoy está citado como testigo en el juicio de la caja B. Aznar, también.

A Bárcenas todo lo que le queda es confiar en que el tribunal premie su nueva actitud y aprecie algo parecido al arrepentimiento. 'Soy consciente del mal que he podido inferir a la sociedad fruto de una España en la que todo valía', dice el procesado. Hombre, no. Ni el mal fue fruto de la España de los noventa (hubo millones de españoles que no se corrompieron ni delinquieron) ni en aquella España valía todo (algunos como Bárcenas pensaban que sí, acostumbrados a la impunidad y a que nadie les reprochara nada).

Y para el PP vienen curvas, otra vez.

No porque vaya a resultar novedoso escuchar en una sala de juicio que tenía caja B, que se financiaba irregularmente con donativos que no eran tales porque lo que pagaban los empresarios era el trato de favor en la adjudicación de contratos, que había sobresueldos en cash o que Rajoy estaba al tanto de todo (y también cobraba). Vienen curvas porque, sin ser nuevo, todo eso resonará de nuevo y ocupará el espacio en los medios que Pablo Casado preferiría que ocuparan otros asuntos. Y vienen curvas porque al juicio por la caja B le seguirá (y coincidirán en el tiempo) la comisión parlamentaria sobre la operación Kitchen, que también tiene como protagonista a Bárcenas en la medida en que fue para hurtarle a Bárcenas la munición que pudiera tener contra Rajoy por lo que se urdió la trama del chófer infiltrado.

Hay episodios en la vida de una persona que por más que quiera borrarlos, la persiguen el resto de sus días.