El día del puñetazo. Puñetazo real entre dos cómicos en el escenario de la gala de los Oscar. O cómo arruinar tu noche de gloria, si eres Will Smith y te van a dar el premio al mejor actor, cometiendo, delante del público allí presente y todos los espectadores de televisión, un acto de violencia contra Chris Rock. Que eso es una agresión.
Tres momentos de esta historia: el primero, cuando Chris Rock, humorista, presentador, bromea sobre la cabeza rapada de la esposa de Smith.
La teniente O’Neil Dos. Y en ese momento se ve a Will Smith riendo la broma. Pero el presentador sigue con lo suyo y, para su sorpresa, sube inesperadamente al escenario Smith y le agrede.
"Que no vuelva a salir una palabra sobre mi esposa de tu maldita boca".La gala siguió. En la pausa de publicidad se acercaron a hablar con Smith varios actores y su representante. Luego ganó el oscar al mejor actor. Y su discurso fue un asumir lo que había hecho, lamentarse y justificarse.
Es la historia de la que más se va a hablar hoy. Más que sobre el Oscar al español Alberto Mielgo por su corto de animación y más que sobre cualquier otra cosa.
Un año subiendo la inflación
Y no será porque no tengamos hoy temas.
Trigésimo tercer día de guerra en Ucrania. Décimo quinto día de paro parcial del transporte por carretera (medio mes ya). Un año subiendo la inflación: en marzo de 2021 estaba en el 1,3; hoy, en el 7,4. Y el famoso megavatio hora, aquel del que el gobierno nos decía que tampoco le diéramos tanta importancia porque no reflejaba la factura de los consumidores, lleva desde que empezó el año por encima de los 180 euros.
El megavatio, la piedra angular de la política del Gobierno
El máximo posible que teníamos fijado en España hasta 2019 y que, como dijo en este programa la vicepresidenta Ribera, nadie pensaba entonces que pudiera alcanzarse alguna vez.
El megavatio del que no había por qué informar cada día porque generaba una alarma innecesaria se ha acabado convirtiendo en la piedra angular de la política del Gobierno.
Fue el megavatio, y la incapacidad para embridarlo, lo que llevó a Sánchez a plantarse en el Consejo Europeo del viernes y lo que hoy le permitirá presentarse en un acto que organiza Europa Press, al que acuden las compañías energéticas y tecnológicas (y los bancos) -y al que el presidente se ha autoinvitado-, le permitirá presentarse como el vencedor moral del último cónclave europeo.
El megavatio le permitirá a Sánchez presentarse como el vencedor moral del último cónclave europeo
‘Vencedor’ en la medida en que sus colegas le han dado carta blanca para que diseñe su propio sistema de fijación de precios.
Y ‘moral’ en la medida en que éste es sólo el premio de consolación de una carrera que el presidente lleva intentando ganar, sin éxito, desde septiembre: la de arrastrar a toda la Unión Europea a modificar su modelo de precios de la energía.
Si Europa no desacopla el gas del resto de la energía, nos desacoplamos nosotros
El premio de consolación, o plan B, que consistía ---como contamos hace una semana--- en emanciparnos temporalmente del sistema de precios de la energía que rige en la Unión Europea. Esto que se ha dado en llamar la excepción ibérica porque afecta a España y Portugal.
En vista de que Europa no desacopla el gas del resto de la energía, nos desacoplamos nosotros.
Éste es sólo el premio de consolación de una carrera que el presidente lleva intentando ganar, sin éxito, desde septiembre
Hoy el presidente abrirá boca y mañana el Consejo de Ministros concretará por dónde van a ir las medidas. Supeditado, lo del precio de la electricidad, a que la Comisión Europea bendiga el sistema que ahora el Gobierno español le haga llegar. (Bendición para la que no parece que vaya a poner problemas la señora Von der Leyen).
Lo siguiente será comprobar si esas medidas consiguen el objetivo que buscan, que es que tanto los sectores económicos que más dependen de la energía como los particulares que repostamos en la gasolinera o pagamos la factura de la luz notemos que los precios se moderan.
Esta vez se ha abstenido el Gobierno de prometer que a final de año no habremos pagado más por el gasoil o la electricidad que cuando Sánchez llegó a la Moncloa.
El golpe de efecto de Sánchez
Que el presidente se trajera de Bruselas una baza valiosa para los intereses españoles, en dura controversia con sus colegas, no impide tener presente que lo consiguió no tanto por convencimiento como por plante.
El golpe de efecto de abandonar el cónclave irritado por las filtraciones interesadas y amagando con romper la baraja, llevó al alemán Scholz a suavizar su oposición y darle cuartelillo a su correligionario socialdemócrata. Pero dejando dicho que Alemania cree que Sánchez se equivoca.
Nos salimos temporalmente de la norma europea porque en este momento nos penaliza. Es una decisión práctica y, visto lo visto, necesaria. Y a la vez, es un mensaje resbaladizo: éste que dice que para solucionar nuestro problema tenemos que recuperar soberanía. Desacoplarnos de la norma que rige para el resto.
Por qué siempre estamos entre las naciones que peor encajan las crisis
Y permanece ahí la pregunta que arrastramos desde hace años: por qué todas las crisis tienen aquí consecuencias más severas que en casi todos los demás países. Por qué siempre estamos entre los dos o tres naciones que peor encajan las crisis y que más ayuda necesitan.
Alguna vez los gobiernos que hemos tenido tendrán que explicarnos qué hemos hecho mal para seguir siendo, en cada nueva crisis que se presenta, miembros del pelotón de los más necesitados
Cuando la crisis financiera de 2008 estuvimos al borde del rescate; con la pandemia nuestro PIB cayó más que ninguno y por eso hemos necesitado más fondos europeos; ahora, con la crisis de los precios, hemos necesitado que nos liberen del marco europeo. Mientras, seguimos teniendo el doble de paro que la media europea y somos líderes en déficit público.
España forma parte de la Unión Europea desde hace treinta y seis años. Alguna vez los gobiernos que hemos tenido tendrán que explicarnos qué hemos hecho mal, o qué hemos dejado de hacer, para seguir siendo, en cada nueva crisis que se presenta, miembros del pelotón de los más necesitados.