OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Lo que el Presidente exige"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las exigencias de Pedro Sánchez a los líderes independentistas tras la concesión de los indultos que se aprobará hoy en el Consejo de Ministros.

Carlos Alsina

Madrid | 22.06.2021 09:01

El día en que Pedro Sánchez dará por extinguida la pena de prisión de Oriol Junqueras. Y de Romeva y Forn y Forcadell y los Jordis y Rull-y-Turull y la señora Bassa. O sea, a Oriol Junqueras, que de los nueve reclusos es el que Sánchez ha elegido como interlocutor para intentar adormecer, o dilatar en el tiempo, la cuestión catalana. Volver a aquellos tiempos en que el bloque independentista amagaba con el choque de trenes, ¿se acuerdan?, pero sin llegar nunca a atropellar al resto de los ciudadanos. Hasta que llegó 2017.

"Concordia, convivencia, reencuentro y diálogo fueron las palabras más repetidas"

Hoy se van a consumar los indultos. Mañana mismo el Tribunal Supremo notificará a los nueve condenados que su castigo de cárcel se ha extinguido. El debate político seguirá, o empezará cuando el Presidente se anime a acudir a las Cortes a responder a las preguntas que allí se le hagan. De momento, todo lo que ha habido han sido monólogos del Presidente. Discursos, como el de ayer, bien construidos ---correctamente leídos--- que buscan apelar a los buenos sentimientos, al deseo de llevarnos bien (concordia, convivencia, reencuentro, diálogo fueron las palabras más repetidas), e identificar el progreso, y la convivencia, con el perdón de la pena. El perdón por el flagrante abuso de poder en que los dirigentes independentistas incurrieron.

En 2019 Sánchez defendía que la convivencia se restauraba haciendo cumplir las penas íntegras. Aquella postura es contraria a la de ahora y la Constitución siempre ha sido la misma

Seguirá el debate político y llegarán los recursos de Vox, y del PP, que el Supremo probablemente rechazará sacudiéndose un problema. Después de todo, el Gobierno ha puesto en pie un argumentación circular: indulto porque es útil para el país, y es útil para el país porque yo digo que lo es. ¿Cómo se mide, o se objetiva, lo que es útil para la convivencia? En 2019 Sánchez nos explicó a todos que la convivencia se restauraba haciendo cumplir las penas íntegras. Ya entonces invocaba los valores de la Constitución como aval máximo de su postura, sólo que entonces su postura era la contraria a la de ahora y la Constitución siempre ha sido la misma. La utilidad pública de estos indultos habrá de juzgarla, en fin, la sociedad española en función de lo que vaya ocurriendo a partir de ahora. Por eso, y porque los indultos ya son un hecho consumado, a lo que habrá que aprender es a lo que suceda en adelante.

Esto es lo que el Presidente espera que se produzca. Espera. Dijo Pedro Sánchez, y dijo bien, que el único cambio que con seguridad traen consigo los indultos es que los condenados dejarán de estar en prisión. Todo lo demás es un deseo.

"Pedro Sánchez tiene que explicar qué va a negociar y bajo qué reglas"

Estas nueve personas representan a miles de catalanes pero no están en prisión miles de catalanes. Ni han sido juzgados y condenados sus votantes, fueron juzgados y condenados ellos: doce personas. El Presidente quiere pensar ---y llegado este momento, quién no va a querer--- que el efecto benéfico de los indultos va a cambiar Cataluña en España. Lo relevante, claro, no es lo que el Presidente quiera que pase, sino lo que él haga. Porque habrá de pedirle responsabilidades, a él también, por sus actos. Se va a sentar a negociar el qué y bajo qué reglas. Esto es lo que aún no ha explicado. Y esto es lo que tiene que concretar el día que acuda al Parlamento. Como hizo Zapatero cuando inició el proceso de paz, ahora que tanto evoca el PSOE ese episodio como precedente. Negociará el qué y bajo qué reglas.

"El Presidente les exige a los independentistas que se atengan al pacto constitucional"

Anotamos ya esta palabra que ayer incluyó en su discurso el Presidente. Sólo la pronunció una vez, pero es la más relevante para lo que está por venir. Esa palabra es exigencia. Hasta hoy hemos escuchado a los líderes independentistas, como gota malaya, reiterar lo que exigen al Estado. Ayer escuchamos lo que Pedro Sánchez les va a exigir a ellos.

Exige que se atengan al pacto constitucional. Fuera de la Constitución no hay nada. Ésta es la parte que más preguntas sugiere. ¿La exigencia es de obligado cumplimiento para empezar a negociar? O, en caso contrario, ¿ en qué momento se hará efectiva? El independentismo ya está exigiendo el paso siguiente sin haber dado él uno solo. ¿Va a exigir el Presidente a su interlocutor Pere Aragonés que asuma públicamente que el único marco es la Constitución? ¿Antes de empezar a negociar? Porque sabe que si la exigencia es ésa, no habrá mesa de diálogo. La mesa se fabricó sobre la base de los eufemismos y los conceptos elásticos. Nunca aceptó el independentismo que el límite fuera la Constitución. El marco, para ellos, es el orden jurídico internacional.

¿Va a exigir el Presidente a su interlocutor Pere Aragonès que asuma públicamente que el único marco es la Constitución?

No hay un solo indicio a la vista de que el independentismo vaya a aceptar la Constitución. Porque aceptarla como marco es aceptar que quien decide sobre Cataluña en España es toda la sociedad española, no el 15% de ella. El independentismo sostiene –--y éste es el desencuentro último --- que el resto de los españoles no tiene nada que decir sobre Cataluña. De manera que la pregunta procede: ¿qué significa exactamente, Presidente, que exige usted lealtad a la Constitución?

"¿Cómo les garantizará Pedro Sánchez a los ciudadanos que en esto no acabará sosteniendo lo contrario de lo que hoy sostiene?"

Y, sobre todo, cómo garantizará a los ciudadanos de todo el país, testigos de la facilidad embarazosa con que usted cambia de criterios y de principios, ¿cómo les garantiza que en esto no acabará sosteniendo lo contrario de lo que hoy sostiene? De utilidad pública sería que, por una vez, el Presidente se comprometiera a asumir la responsabilidad de traicionar la confianza de quienes hoy, generosamente, van dar por buenos sus indultos creyendo que en ningún caso serán el principio para alterar el pacto constitucional por la puerta de atrás. Del independentismo ya sabemos lo que cabe esperar. Ayer mismo dio prueba de su voluntad de respetar las instituciones del Estado. De quien no es fácil saber qué cabe esperar es del presidente del Gobierno de España.