OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "La OMS refuta a Sánchez"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la disonancia entre el discurso de Pedro Sánchez insistiendo en que, con la variante ómicron, la Covid pasará a ser como una gripe, y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para que no se trivialice con esta variante.

Carlos Alsina

Madrid | 12.01.2022 08:58

Mucho se está hablando del divorcio entre Sánchez y Alberto Garzón (lo del ministro Planas ayer en este programa, lo nunca oído) y poco se habla del divorcio de Pedro Sánchez y la Organización Mundial de la Salud.

El divorcio entre Pedro Sánchez y la OMS

Mientras el presidente predica en España que esto de la ómicron ya va camino de ser como la gripe y hay que ir pensando en dejar de notificar cada contagio y cada cama de hospital ocupada, la Organización Mundial de la Salud lleva dos semanas pidiendo que no se trivialice con la menor gravedad de esta variante, que no se repita como si fuera un salmo sanador que la ómicron mata poco y que no se relajen las medidas de prevención para impedir contagios. Porque a mayor número de infecciones, mayor presión hospitalaria.

En otros tiempos, Sánchez habría presumido de seguir las recomendaciones de la OMS, ahora está más en abrazar la doctrina Ayuso sin que se le note el viraje

La mitad de la población europea estará, o habrá estado, infectada por ómicron antes de que termine febrero. Y la verdad es que aún tenemos que ver qué impacto tiene en los grupos más vulnerables. Éste es el mensaje de la Organización Mundial de la Salud: es prematuro sacar conclusiones, el número de contagios es inédito y es prematuro atribuir a este tsunami el efecto beneficioso del final de la pandemia.

En otros tiempos, el presidente Sánchez habría presumido de seguir a pies juntillas las recomendaciones de la OMS, o en palabras del presidente, a la ciencia. Ahora, como se está viendo, está más en abrazar la doctrina Ayuso sin que se le note el viraje.

Los gobierno autonómicos habían renunciado a frenar la expansión de la sexta ola

Ya antes de Navidades contamos aquí que aunque no quisieran decirlo abiertamente, los gobiernos autonómicos habían renunciado a frenar la expansión de la sexta ola. Sólo el gobierno catalán volvió a las restricciones y los toques de queda, empujado por la presión en los centros de atención primaria y los hospitales (hoy Cataluña mantiene el mayor porcentaje de camas de UCI ocupadas por covid, 44%). En el resto del país se optó por pedir a la población que evitara riesgos, por mantener la actividad social y económica de antes de la ómicron y por martillear con el mensaje de que hay que asumir que nos contagiaremos todos y que eso se acabará traduciendo en una inmunidad general. Y ahí estamos. Esperando a que escampe.

En Madrid, Andalucía y Cataluña la velocidad de los contagios ya ha frenado. En el resto del país aún no hemos llegado a ese punto. Navarra supera los siete mil casos por cien mil sin que nadie haya alcanzado aún a explicar a qué se debe que esta comunidad presente desde hace un mes los peores datos, desbocados. El número de fallecidos por Covid en España también sigue subiendo. Estamos en las ochenta defunciones diarias.

El gobierno anuncia para mañana el tope al precio de los test de antígenos. Jueves,13 de enero. La sexta ola empezó a finales de noviembre

El gobierno central anuncia para mañana, jueves, el tope al precio de los test de antígenos. Jueves, trece de enero. La sexta ola empezó a finales de noviembre. Pero dice el gobierno que no se le puede acusar de haber estado a por uvas porque no hace otra cosa que estar encima de los temas que preocupan a la gente. Y que lo que hay que destacar es que en Navidades, y aunque hayan sido caros, ha habido test para todo el que ha podido comprarlos. Bueno, ‘destacar’, no. La expresión de moda en el PSOE es ‘poner en valor’.

A dúo la portavoz del gobierno y el presidente extremeño Fernández Vara. Poner en valor lo que realmente tiene valor.

Pregunta directa que le hizo Andrea Ropero ayer en El Intermedio al todavía ministro de Consumo Alberto Garzón.

Alberto Garzón, repudiado y denigrado

No se siente desautorizado. Hombre, o se ha ido a vivir a Marte o es que no quiere darse por enterado no ya de la desautorización, sino del repudio que su jefe, el presidente, y de la mayoría de los ministros. Repudiado y denigrado.

Garzón hace bien en mantener lo que dijo sobre las macrogranjas y la carne que exportan porque es la posición que él defiende. Hace peor en fingir que aquí no ha pasado nada.

En este programa, ayer, el ministro de Alimentación, Luis Planas, le hizo una enmienda a la totalidad a las declaraciones de Garzón al The Guardian. O si usted prefiere, un traje. A medida.

Escuchado todo esto de Planas sobre Garzón, la preguntan al ministro de Consumo anoche y dice que sí ha hablado con Planas, ayer por la mañana, porque se cruzaron al entrar a la sala del Consejo, y que tienen una relación estupenda y trabajan siempre codo a codo.

Organizaciones agrarias y ganaderas, aquí os entrego la cabeza de este ministro al que nunca quise

Seguro que sí: el ministro Planas dio prueba aquí de lo mucho que comparte todo lo que Garzón hace y dice.

Añádanle a esto que en el Congreso de los Diputados está Podemos enfuruñado también con el PSOE por haber apoyado peticiones de la oposición para que comparezca Garzón a dar explicaciones. Otra muestra de deslealtad, dicen los morados: el socio haciéndole juego a los adversarios políticos.

La posible destitución de Garzón como golpe de efecto electoral

Si ayer en Podemos alimentaban la sospecha de que Sánchez haya dado orden de redoblar la presión sobre Garzón para que se largue, hoy se malician que el presidente pueda estar reservándose la destitución como golpe de efecto electoral: organizaciones agrarias y ganaderas, aquí os entrego la cabeza de este ministro al que nunca quise.

El ministro de Consumo no se habla con Sánchez ---porque Sánchez no tiene el menor interés en hablar con él, ahí arrastran una mala relación que algún día nos explicarán de dónde viene, o no--- y aunque no cree que vaya a ser relevado ya admite que, en realidad, el qué sabe.