Vamos llegando al final de mes ---trece meses después de que nos cambiaran la vida a todos--- con cuatro millones de españoles vacunados del todo y habiendo cumplido, con un mes de retraso, la meta de tener vacunada al 80% de la población mayor de ochenta años.
"Ocho de cada diez octogenarios ya están inmunizados"
Ocho de cada diez octogenarios españoles ya han recibido las dos dosis de la vacuna. Se anunció que eso sucedería en marzo pero los contratiempos con AstraZéneca y el retraso en la provisión de vacunas de la Pfizer en febrero hizo imposible cumplir el calendario. Un mes después podemos celebrarlo: ocho de cada diez ya están cubiertos frente al virus que se llevó por delante la vida de miles de octogenarios como ellos. Dejan atrás un la ansiedad de saberse los primeros en la lista de víctimas probables y dejan atrás el miedo.
Entre el resto de la población, el porcentaje de vacunados plenos es aún muy bajo. De los septuagenarios, un siete por ciento. De los sexagenarios, el cinco y medio. La mitad de los mayores de sesenta han recibido la primera dosis, de AstraZéneca, pero a falta de respuesta del gobierno sobre qué pasa con la segunda permanecen en tierra de nadie aguardando que suene el teléfono. Y por lo que dijo ayer la ministra de Sanidad, no parece que les vaya a sonar pronto.
Hablamos de dos millones de profesores, policías, militares, bomberos que están esperando el segundo pinchazo. Los días van pasando y los resultados de este estudio que se está haciendo para ver qué pasa si la segunda dosis se les pone de Pfizer no estarán hasta finales de mayo. O dicho de otro modo, que habrán pasado las doce semanas que establece la farmacéutica sin que la segunda dosis haya sido administrada. Espaciar más la segunda dosis significa eso, que la recibirán (no se sabe de qué marca) fuera de plazo. Sanidad menciona que Irlanda también ha espaciado la segunda dosis. A diferencia de Francia o Alemania, que han empezado a pinchar la dosis de Pfizer sin hacer estudio previo. Está visto que en Europa tampoco hay armonización en esto.
El fin de la mascarilla obligatoria para los vacunados ha obrado el milagro de que estén de acuerdo un partido de derechas y uno de izquierdas en Madrid, lo nunca visto
A medida que la vacunación avanza, se ve más cerca el día en que podamos prescindir de algunas de las medidas que hoy son obligadas. Por ejemplo, la mascarilla en todo lugar y circunstancia. Ya hay expertos planteando que los vacunados del todo podrían quedar exentos de mascarilla en los lugares abiertos. Y la idea ha obrado el milagro de que estén por la labor un partido de derechas y uno de izquierdas en Madrid, lo nunca visto.
Ahí lo tiene: la líder carismática de la derecha madrileña, Ayuso, y la líder emergente de la izquierda madrileña, García, coincidiendo en algo. Quién dice que los prodigios electorales no existen.
"La campaña permanente revisable madrileña"
Aún queda el último arreón de la campaña permanente revisable que nos ha caído como condena. Extraña campaña ésta que iba a haber sido la del examen a la gestión de la crisis sanitaria, a cargo del gobierno PP-Ciudadanos, y el examen, por extensión, a la gestión del gobierno central de PSOE-Podemos pero ---estrategias de los gurúes de por medio--- ha acabado siendo la campaña de los grandes conceptos (libertad, democracia, socialismo, modelo de vida) manipulados, manoseados, patrimonializados y arrojados a la cara del adversario.
Ha acabado siendo la campaña de los grandes conceptos -libertad, democracia- manipulados, manoseados y arrojados a la cara del adversario
Ha acabado siendo la campaña de las cartas amenazantes y del reclutamiento para dar mítines de los altos cargos amenazados. Duele decirlo, pero la única razón de que el comité electoral socialista tirara de Marlaska y de la directora de la Guardia Civil para sus mítines es que un individuo, o individua, aún no localizado envió unos sobres a su nombre con unas balas y que fallaron los controles de seguridad para que esos sobres no llegaran a sus destinatarios.
El martes comentamos aquí que la doctrina tradicional en Interior era que estas cosas no se aireaban. La doctrina cambió el jueves pasado cuando la agencia EFE fue informada de la existencia de las cartas y cuando Podemos ofreció detalles precisos a La Vanguardia.
Pablo Iglesias y su cambio de criterio sobre las amenazas a políticos en plena campaña electoral en Madrid
Un dirigente político tiene derecho a cambiar de opinión. Sólo faltaba. Sólo los necios presumen de no haber cambiado de posición nunca sobre ningún asunto a ninguna edad y al margen de lo que les fuera pasando en la vida. A Pablo Iglesias le han pasado muchas cosas en dos años. Por eso tiene derecho a cambiar de opinión, por ejemplo, sobre si las amenazas que recibe una figura pública (y política) deben ser aireadas o no. En 2019 le parecía que hacerlo era irresponsable y oportunista.
Hoy piensa otra cosa. Oye, ha cambiado de criterio. No es un pecado. El pecado, si acaso, es no admitir que antes decías una cosa y ahora haces otra y que coincide el cambio con una campaña electoral. Ser amenazado de muerte no es plato de gusto y nadie debería llamar a eso ir lloriqueando. Que es un verbo, por cierto, que utilizan mucho los de Vox.
Las pocas sorpresas que pueden darnos las elecciones
Vistos los sondeos para el martes electoral madrileño, la únicas sorpresas posibles son que el tripartito de izquierda alcance la mayoría absoluta y que Ciudadanos supere el 5% del voto y salve alguno de los veintiséis diputados que tenía hasta ahora. Y si los números el martes coinciden con los de los sondeos, la señora Ayuso podrá seguir gobernando Madrid, en solitario (libre, como dice ella, que se ve a sí misma como presidenta presa) pero en minoría parlamentaria.
Con Ayuso sucede que, a menudo, sus adversarios no están muy seguros de si lo que dice va en serio o es una broma. Ayer lo consiguió de nuevo con este elogio de la libertad madrileña.