Sé que a usted no le cambia la vida, le deja frío, pero hay dos personas en este país que dentro de una hora firmarán el contrato de su vida. Para quien se dedica profesionalmente a la política, llegar a ministro debe de ser como llegar a cardenal para quien se dedica a la carrera eclesiástica. El Papa te incorpora a su escogido grupo de purpurados. Se llame colegio cardenalicio, se llame Consejo de Ministros.
Dos hombres relevan a dos mujeres
Ante el rey prometerán sus cargos los dos hombres que toman el relevo de dos mujeres, los jugadores de refresco que ha metido Sánchez en su combinado en el tramo finalísimo de la legislatura. A saber -lo contamos ayer-, Héctor Gómez como nuevo ministro de dos de los sectores más importantes de nuestra economía, la industria turística y la automovilística, y José Manuel Miñones como nuevo responsable de Sanidad.
Del primero es conocido su talante sosegado, racional y respetuoso (se supone que por eso le eligió Sánchez hace año y medio como portavoz parlamentario y también por eso le relevó un año después). Al segundo apenas se le conoce no ya en Galicia, que es su tierra, sino fuera. Y dado que el ministerio de Sanidad se ha convertido en curso de entrenamiento de futuros candidatos a otras cosas -ahí está Illa, ahí está Darias-, va a ser impepinable que sea visto como un ministro en fase de adiestramiento para competir, quién sabe, por la Xunta de Galicia.
Entretanto, vamos a ver si es por fin este ministro el que ofrece a la sociedad lo que no fueron capaces de ofrecer sus dos predecesores, ni Darias ni Illa: la prometida auditoría de la gestión de la pandemia que, según el ministerio, sigue haciéndose calladamente. Cuanto más tarde en hacerse el examen, de menos servirá para prevenir nuevas emergencias.
Sánchez le ofreció el cargo antes a Adriana Lastra
Acompaña también al nuevo ministro de Sanidad esta cosa tan incómoda de que toda España sepa que no fue el primero al que le fue ofrecido el cargo. Antes de él estuvo Adriana Lastra. Ella misma lo ha confirmado, haciéndole un flaco favor a Miñones (segundo plato) y al presidente del Gobierno, que es a quien le ha dicho nones.
El mayor misterio de las últimas horas es qué tienen en común Adriana Lastra y Miñones
El mayor misterio de las últimas horas no es qué otras personas le habrán dicho que no a Pedro Sánchez -ánimo, Miñones, ministro por descarte- sino qué tienen en común Adriana y Miñones, más allá de militar los dos en el PSOE. En qué se parecen para que valgan lo mismo la una que el otro para dirigir la sanidad española. Si ella le hubiese dicho que sí, el presidente habría rescatado a la vez a sus dos ex portavoces parlamentarios, Lastra y Gómez, quién sabe si llevado de la mala conciencia por haberles dejado tirados.
¡Por fin el presidente se humaniza!
Lo de la mala conciencia puede parecer un desdoro pero es justo al revés. Si tiene mala conciencia es que es humano. Justo lo que su equipo lleva años intentando demostrar a base de vídeos forzados y coreografiados. ¡Por fin el presidente se humaniza! Y sin actividades extraescolares, porque nos tiene a sus fans huérfanos de nuevas entregas desde hace días. Qué fue de la estrategia mortadelo, hoy juego a la petanca, mañana visito jóvenes, pasado recibo ajedrecistas, al siguiente sorprendo a mujeres rurales.
Pedro el Humano va con el coche escoba recogiendo a los jugadores que él mismo sacó del césped
Pedro el Humano va con el coche escoba recogiendo a los jugadores que él mismo sacó del césped. Ahí tienes a Mercedes González, nueva directora -inesperada- de la Guardia Civil por cese profiláctico de la señora Gámez Gámez. Lo de profiláctico lo dijo el juez-ministro Marlaska, sin alcanzar a explicar cuál es la enfermedad de la que necesita preservarse. Qué tenía de contagiosa la depurada Gámez. O su esposo, que es quien está investigado (sólo investigado) por un juez y crucificado ya por el Gobierno.
Sustituye a la delegada del Gobierno uno de los hombres del presidente, secretario general de Presidencia, Francisco Martín. Que está empatado con Mónica García y el vicepresidente de Ayuso, Ossorio, porque él también cobra el bono térmico no teniendo dificultades para llegar a final de mes. Paréntesis: el bono sigue sin haber sido modificado.
Así se escribe la historia de los nombramientos y los ceses
A Mercedes González la aupó Sánchez a la delegación del Gobierno en Madrid para promocionarla como futura candidata a la alcaldía. La promocionó poco, porque a la hora de la verdad empezó a ofrecerle el cartel electoral a todo bicho viviente: a todos menos a Jorge Javier Vázquez.
A las nueve estará aquí Reyes Maroto, la ministra finalmente escogida en detrimento de Mercedes González. Cuyo mayor mérito para asumir la dirección de la Guardia Civil es haber sido descartada como rival de Almeida. Así se escribe la historia de los nombramientos y los ceses. Sólo porque Sánchez le dejó una vez tirado es hoy presidente de Correos Juan Manuel Serrano. Sólo por el naufragado trabajo que hizo como jefa de prensa del PSOE es hoy presidenta del Hipódromo de Madrid Maricha Ruiz Mateos. Y así, todo. ¿Qué fue de César Luena? El menos rescatado de todos: languideciendo en un escaño, bastante cómodo, es verdad, del Parlamento Europeo.
Se pierde la esperanza de renovar el CGPJ
Unos que vienen y otros que no se van. No parece que se vayan a ir, todos a una, a su casa, los vocales de izquierdas del Consejo General del Poder Judicial. Esta tarde han quedado a merendar, a ver si se dejan convencer por el vocal socialista Álvaro Cuesta para agarrar el puñal japonés y hacerse todos ellos el harakiri. Renovación por desentrañamiento.
Se extingue la mitad de los vocales y el Consejo ya no puede seguir adelante. En la cabeza de quien ideó hace tiempo este plan, lo siguiente sería que Feijóo, abrumado por la ausencia de C-G-P-J digno de tal nombre, rogaría a su némesis Sánchez una nueva oportunidad para ponerse juntos a hacer pasteles: pasteleando los sillones del Consejo a la manera tradicional: cuántos tuyos, cuántos míos.
Hace bien Sánchez en perder toda esperanza de que el C-G-P-J se renueve en esta legislatura, por más vocales que se auto guillotinen. Al PP ya le da igual esperar a que llegue enero, con un Parlamento nuevo que está por ver cómo queda.
Se resigna Sánchez a no valerse ya por sí mismo
El presidente sugirió ayer que intentará reeditar su coalición, hoy francamente averiada por el sabotaje de Podemos. Se resigna Sánchez a no valerse ya por sí mismo. Su oferta electoral, a diferencia de la última vez, será el frankenstein, el frente amplio. Encarnado en la coalición de los dos socios, sólo que esta vez la pareja de baile no serán los morados sino el yolandismo.
El frente amplio encarnado en la coalición de los dos socios, sólo que esta vez la pareja de baile no serán los morados sino el yolandismo
No es con Podemos con quien espera volver a gobernar Sánchez, sino contra Podemos. Y para eso necesita que la vicepresidenta segunda marca, Yo Yolanda Díaz, sobreviva a la madre de todas las grescas electorales, ésta que lleva en marcha, bajo tierra, desde hace meses y que el domingo empezará a emerger sacudiendo los cimientos del polideportivo Magariños en los Altos del Hipódromo.
