OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Homenaje a Mortadelo"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la estrategia del Gobierno al resucitar el eslogan de 'el gobierno de la gente' y presentar a Pedro Sánchez como un ciudadano humanizado, corriente y cercano.

Carlos Alsina

Madrid | 23.01.2023 08:37

¿Usted entiende lo que está pasando en España? Por un momento pareció que Feijóo iba a anunciar ayer que abandonaba. Pero no. No lo decía por él. Lo decía por el otro. Su antagonista. Su adversario. El hombre que hasta final de año ocupa el sillón al que él aspira (y después, ya veremos). Porque quien no entiende lo que está pasando en su país, según Feijóo, es Sánchez.

Vivir, lo que se dice vivir, en la calle vive bien poca gente, afortundamente. Pedir, lo que se dice pedir, es verdad que hay millones de personas que piden un cambio político en España. Lo que está en duda es que esos millones sean más que los que prefieren que el gobierno siga siendo el mismo.

El PP busca anular a Vox

El aspirante a gobernar puso ayer deberes a sus candidatos a los ayuntamientos y los parlamentos autónomicos. No sólo ganar. Hacerlo con mayorías absolutas.

Traducido: no sólo ganar. Hacerlo con la contundencia suficiente para convertir en irrelevante a Santiago Abascal. Anular a Vox. A la manera de Juanma Moreno en Andalucía y justo al revés que Mañueco en Castilla y León. Para no tener que arrastar Feijóo, en la segunda parte de la campaña que nos conducirá desde junio hasta diciembre, la sombra de las negociaciones, ofertas, pactos o no pactos, entre su partido y la extrema derecha.

No sólo ganar. Hacerlo con la contundencia suficiente para convertir en irrelevante a Santiago Abascal. Anular a Vox

Visto lo visto este fin de semana, ése es el escenario anhelado del PSOE: que aun perdiendo las elecciones de mayo, pueda beneficiarse Sánchez del coleo de las noticias sobre coaliciones de Gobierno.

El miedo a la coalición del PP y Vox

Desempolva el presidente, a falta de mejor estrategia, ésta que ya empleó en las autónomicas andaluzas con escaso éxito: el miedo a la coalición del PP y Vox.

No puede decirse que sea sutil la campaña gubernativa. Hace siete días no había acontecimiento más relevante en España que un requerimiento enviado por el gobierno central a la Junta de Castilla y León para que cesara en la aplicación de un protocolo nocivo para las mujeres que desean abortar. Al cabo de cinco días de confusión y debate, Sánchez dio por amortizado el asunto (y por rentabilizado) y renunció a seguir requiriendo y requiriendo.

Mañueco cantó victoria, amarga victoria habiéndose aparecido ante la opinión pública como un gobernante atado a un vicepresidente radical y fatuo y habiendo sido visto por la direccion nacional de su partido como un problema, un obstáculo para la campaña que pretende poner el foco en Feijóo, no en el socio que necesitaría para ser investido si las urnas coinciden con las encuestas.

El gobierno hace caricatura de la manifestación del sábado en Cibeles

El gobierno hace caricatura de la manifestación del sábado en Cibeles. Varias decenas de miles de personas contra la política de Sánchez, sus incumplimiento y sus pactos con el independentismo. La ministra María Jesús Montero la despacha como una concentración de nostálgicos y enemigos del progreso.

Abrió camino el presidente el jueves, en Barcelona. Cuando situó la manifestación independentista en un extremo y la manifestación de Cibeles en el otro. E insistió en la imagen este sábado: entre los dos extremos él, con la gente.

Sánchez es incapaz de pactar nada con quienes se manifestaron en Madrid lo viene pactando todo con quien se manifestó en Barcelona: Oriol Junqueras

Se le pasó por alto mencionar al presidente que así como él es incapaz de pactar nada con quienes se manifestaron en Madrid lo viene pactando todo con quien se manifestó en Barcelona.

Su nombre, por si el presidente lo ha olvidado, es Oriol Junqueras. ¿Su cargo? Presidente de Esquerra Republicana de Cataluña. Compadre del presidente, y coautor, de la derogación de la sedición y el abaratamiento de la corrupción. Indultado por Sánchez en compañía de otros que también se manifestaron el jueves.

Sánchez no está en el centro, los pactos los tiene con Esquerra, PDeCat y Bildu

Si los nostálgicos independentistas del jueves, Junqueras entre ellos, defienden una España rota, la pregunta para el presidente es qué hace gobernando tan cómodamente con ellos. Porque él no está en el centro entre los de Cibeles y los de Barcelona. Él los pactos los tiene con Esquerra, y con el PDeCAT, y con Bildu.

Si los nostálgicos independentistas del jueves, Junqueras entre ellos, defienden una España rota, la pregunta es qué hace gobernando tan cómodamente con ellos

En la campaña permanente que padece España, los socialistas -Montero, Espadas- resucitan el eslogan caduco de ‘el gobierno de la gente’ y el equipo de persuasión y propaganda de la Moncloa le organiza a Sánchez actividades extraescolares en las que poder conducirse como un ciudadano corriente.

Vuelve a intentarlo la Moncloa con lo del presidente humanizado

El ciudadano que, recien aterrizado el Falcon procedente de Davos se deja caer por Coslada para jugar a la petanca con un grupo de jubilados de su partido que le celebran la actualización de las pensiones. El ciudadano que, aprovechando que ha ido de cumbre a Barcelona, se deja caer por una librería para regalarle un libro a Illa y suspirar por lo feliz que le hace perderse entre los estantes. El ciudadano que aprovechado que tiene un mítin en Valladolid, se deja caer por la escuela juvenil del ayuntamiento para disfrutar del hip hop y mencionar que su Gobieno acaba de aprobar el estatuto del artista. Y el ciudadano, en fin, que sabiendo de la apuesta del ayuntamiento por la bicicleta eléctrica exhibe, también sus dotes como ciclista, en llano y con el alcalde Puente de gregario, chupando rueda.

Uno sufre preguntándose: este hombre, ¿cuándo para en casa? Informó El País este fin de semana de que estos vídeos, aparentemente caseros, están, en realidad, muy preparados. Quién lo habría pensado. Vuelve a intentarlo la Moncloa con lo del presidente humanizado, cercano, empático. Vuelve a intentarlo con el Gobierno de la gente. Y vuelve a intentarlo con el miedo a Vox. Tira del viejo repertorio. Lo exhuma. Lo desempolva.