OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "A saber lo que traerá"

Carlos Alsina reflexiona en su primer monólogo del año sobre las novedades políticas que traerá el 2023; desde un nuevo presidente o presidenta del Tribunal Constitucional hasta los resultados de las elecciones municipales y generales en mayo y diciembre.

Carlos Alsina

Madrid | 02.01.2023 08:38

Recién empezado el año porque el día uno es como de fogueo, ¿no? Todo el día recuperándose de los excesos nocheviejunos, dormitando entre la Filarmónica de Viena y los saltos de esquí, recuperando vídeos del vestido de la Pedroche para poder opinar con conocimiento de causa, terciando en las tertulias somnolientas sobre qué les ha pasado a Vargas Llosa y Isabel Preysler.

Respira aliviada toda España

Y respirando alividada toda España, no es para menos. No por lo de esta pareja desparejada a la que el año nuevo colme de dichas, sino por el feliz alumbramiento de un Tribunal Constitucional con cuatro magistrados de refresco que ha colmado de felicidad a los hogares españoles. Qué distinto es despedir el año con el nudo en la garganta de no saber cuánto más durará un Tribunal Constitucional amortizado que poder recibir al año nuevo con la tranquilidad de espíritu que trae consigo saber que el Tribunal, por fin, hosanna, hosanna, ha sido renovado.

Los fuegos artificiales que celebraron en España el año nuevo estaban celebrando, también, la consolidación de la democracia parlamentaria superada la sangrante anomalía de que el Constitucional aún no lo presida Conde Pumpido. Bueno, presidirlo aún no lo preside. Y ya veremos. Porque podría ocurrir que al final… agua. Pero eso se lo cuento luego.

El final de la bicefalia vaticana

Antes, dejemos constancia de que 2023 ha empezado con el final, luctoso, de otra anomalía: la aparente bicefalia vaticana. O sea, que hubiera dos papas en el trono de San Pedro, que es sólo uno. El fallecimiento del papa retirado, Benedicto, da paso hoy a la liturgia del duelo. Dentro de una hora quedará expuesto, en el interior de la Basílica, el cadáver de Josef Ratzinger, una capilla ardiente con toda la solemnidad que acompaña a cualquier cosa que acoja este imponente templo y que permitirá a fieles, y no fieles, rendir tributo al difunto.

La bicefalia siempre fue aparente porque, en rigor, Ratzinger se retiró y se retiró. Ni un amago de afán por influir, o por enredar, en la ejecutoria de su sucesor. Tan diferentes en tantas cosas y tan idénticos en la aplicación de la doctrina, como bien sabe una devota de Francisco, que es Yolanda Díaz. Y que por eso evita, cada vez que se reúne o habla de él, mencionar lo poco progresista que seguramente le parece la posición de Bergoglio respecto de la eutanasia, el aborto, el divorcio, la igualdad de la mujer, el matrimonio igualitario, la transexualidad, en fin, tantas cosas.

El regreso al trono republicano de Lula da Silva

Ha empezado el año con liturgia funeraria en Roma y con liturgia de coronación en Brasilia. El regreso al trono republicano de Luis Ignacio da Silva.

Con la ayuda de Dios. También se encomienda al altísimo el nuevo jefe del Estado brasileño, retronado al poder, Lula. Que promete asegurar la democracia para siempre y gobernar para todos, también para quienes no le han votado. La promesa es habitual en las tomas de posesión. Cumplirla lo es menos.

Yolanda Díaz, probablemente la dirigente política de nuestro país para la que este 2023 más significa y con más indefinición comienza

Y allí estaba, en Brasilia, asistiendo a la ceremonia, la vicepresidenta del gobierno de España Yolanda Díaz, probablemente la dirigente política de nuestro país para la que este 2023 más significa y con más indefinición comienza. Qué será, será, lo de Yolanda Díaz. Que, de momento, le disputa ya abiertamente a Sánchez la condición de usuaria principal del avión oficial para viajes ideológicamente gratificantes: que si un viaje a la Argentina de los Fernández, que si otro al Brasil de Lula, que si al Chile de Boric, que si el Vaticano de Bergoglio. Tiene la fortuna la vicepresidenta de que todos sus viajes son para ver a gente de su cuerda. La devoción es la devoción. Y contra la fe no valen razones.

El PP confía en mayo

Que éste 2023 es año electoral lo hemos venido notando todo el 2022. Municipales en mayo y generales en diciembre, eso es lo que está previsto. Salvo que Ximo Puig se decida a alterarlo convovando las suyas antes de mayo. Feijóo se plantea esa última meta volante de las municipales como un examen decisivo: el termómetro del plebiscito sobre la manera de gobernar de Sánchez.

Hace un año -cómo cambia el cuento- era Pablo Casado quien empezaba 2022 confiado en que las elecciones en Castilla y León le acabaran dando el salvoconducto para alcanzar la Moncloa. Y al final fue el frustrado espionaje a Ayuso lo que le dio no el salvoconducto sino el pasaporte.

Feijóo se plantea esa última meta volante de las municipales como un examen decisivo: el termómetro del plebiscito sobre la manera de gobernar de Sánchez

Un año después, el PP confía en mayo. Y el PSOE confía en que sus barones y alcaldes aguanten. Incluido García-Page, que ya se ofrece, de forma poco disimulada, como el relevo para Sánchez caso de que éste, en las generales, se estrelle. Un nuevo PSOE de corte clásico, dicen los emilianistas. Un PSOE conservador, dicen sus detractores.

A saber lo que sucederá de aquí a final de año.

De momento tenemos por delante unos juicios pendientes a políticos de Esquerra Republicana, por la corrupción del procés, en los que se aplicará ya el código penal aliviado a la carta. Tenemos por delante el asunto pendiente de Griñán, si ingresa o no en prisión y si lo indulta, o no, el presidente. Como en Andalucía no hay conflicto político, no hay nada que desinflamar y Griñán no se llama Oriol sino Pepe sus probabilidades de ser indultado disminuyen notablemente.

Como Griñán no se llama Oriol sino Pepe sus probabilidades de ser indultado disminuyen notablemente

Y sí, el Tribunal Constitucional celebrará pleno en los próximos días para escoger a su nuevo presidente, o presidenta. Falta una plaza por cubrir, la del magistrado que presentó su renuncia, Montoya. Pero como de éste no depende qué sector tiene la mayoría el interés de la Moncloa por completar esa renovación es manifiestamente mejorable.

Un nuevo presidente o presidenta del Constitucional

Los cuatro nuevos magistrados, uno conservador, Tolosa, otra progresista, Segoviano, y dos gubernamentales, Campo y Díez, prometieron sus cargos el sábado. Es oportuno distinguir entre ser magistrado (o magistrada) progresista y ser gubernamental. Tener una orientación ideológica de izquierdas no equivale a prestarse a ser una correa de transmisión de la Moncloa. Tal como autotitularse gobierno de izquierdas no presupone que todo lo que hagas sea automáticamente progresista. Unos cuantos ejemplos ha dado Sánchez en la recta final de 2022: qué tendrá de progresista, o de izquierdas, modificar el Código Penal con la única intención de beneficiar a un grupo de políticos que delinquieron. Qué tendrá.

Ah, y prometieron sus cargos los nuevos en presencia del presidente saliente del TC, Trevijano, y en presencia de Sánchez, el hombre que le señaló como conspirador contra la democracia parlamentaria, nada menos. Para haber sido tan gruesa la imputación, la ceremonia discurrió en amor y armonía.

A Sánchez la cosa le salió regulera porque su pretensión principal era hacer presidente a Pumpido y eso aún no lo tiene amarrado. En ello está

Ya dijimos aquí que lo del TC era tan sencillo como que, una de dos: los conservadores aceptaran el nombre de Bandrés o los progresistas aceptaran un progresista que no fuera Bandrés. Y fue lo segundo. No han llegado a explicar los vocales progresistas qué tiene la jueza Segoviano que no tuviera el juez Pablo Lucas, antes rechazado. Y sí han explicado los conservadores, fuera de micrófono, qué tenían Lucas o Segoviano que no tuviera Bandrés: su predisposición a hacer presidente a Conde Pumpido.

La Moncloa suspira por un Constitucional neutral

Pero la cosa prosperó y España pudo despedir el año aliviada tras el trauma nacional que había provocado, ¿verdad?, la anómala situación de esta institución clave. A Sánchez la cosa le salió regulera porque su pretensión principal era hacer presidente a Pumpido y eso aún no lo tiene amarrado. En ello está. En ello está.

Ya sabe usted que la Moncloa suspira por un Constitucional neutral. Por eso ha metido de magistrado a un ex ministro y una ex directora de la Moncloa (de todos los juristas que hay en España, dos que fueron subordinados del presidente) y por eso quiere que lo presida quien fue fiscal general nombrado por Zapatero, para desterrar cualquier sombra de afinidad.