OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "No tomaréis el nombre de Doñana en vano"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la polémica del regadío en Doñana, un tema que utiliza tanto el gobierno central como la Junta de Andalucía para retratarse mutuamente como peligros públicos, y que centrará el debate en el cara a cara de hoy entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado.

Carlos Alsina

Madrid | 25.04.2023 08:35 (Publicado 25.04.2023 08:28)

Ni un mítin, ni una homilía, ni una entrevista en una radio de colegio, ni un vídeo visitando gente por sorpresa, ni una sola actividad extraescolar. El presidente vació ayer su agenda y no hizo nada en todo el día.

Dices: está ensayando la semana de cuatro días, como en Valencia. No, para Sánchez todo eso no es trabajo. Es apostolado voluntario. Imprescindible para que España no caiga en el abismo de la involución de la mano de un insolvente de mala fe, insumiso a la Constitución, antisistema y antipatriota, pésimo gestor de lo público y ahora también, negacionista del cambio climático. O sea, Núñez Feijóo. El presidente no es sólo el salvador de Doñana. Es el salvador ¡de España! Salvar España de quienes dicen que hay que salvar a España de él, tuya mía, tuya mía.

El presidente no es sólo el salvador de Doñana. Es el salvador ¡de España!

Ayer comentamos que Sánchez se ausentaba de la ceremonia del Cervantes, que con la devoción que había manifestado el día anterior por los libros visitando por sopresa una librería de Fuenlabrada pues oye, era raro. Salió en su defensa su propio equipo del Palacio de la Moncloa (nada paritario) para recordarnos a todos que el presidente, en realidad, sólo ha ido al Cervantes una vez. Una de cuatro. Como defensa no sé yo si es muy atinada. ¡¿Qué pasa porque no vaya al Cervantes, sino va nunca?! Le pregunté a la secretaría de Estado de Comunicación cuál es el criterio para ir o no ir. Aún estoy esperando la respuesta.

Sánchez se tomó el día libre para entrenar el debate contra Feijóo

Si tuviera que apostar, yo diría que Sánchez se tomó ayer el día libre para entrenar, como si fuera el rey Juan Carlos en Sanxenxo. Para entrenar (o ensayar, o practicar) su debate de esta tarde en el Senado con el antisistema bolsonárico que le aprobó el remiendo a la ley del 'sólo sí es sí' la semana pasada, o sea, Núñez Feijóo.

Porque esta tarde hay cara a cara. Y en la Moncloa a estas justas parlamentarias les dedican todo el tiempo del mundo. Qué bromas le habrán preparado esta vez sus escritores sobre las meteduras de pata de Feijóo. Qué examen demoledor le hará a su gestión en su renovado papel de líder de la oposición al gobierno de antes de la Xunta de Galicia.

Qué bromas le habrán preparado esta vez sus escritores sobre las meteduras de pata de Feijóo

Le preguntó Susanna Griso ayer a la ministra portavoz Rodríguez y ella vino a decir que Pedro va sobrao.

Sánchez, volcado en salvar Doñana de las garras de Juanma Moreno

Porque su gestión es imparable, no paran de aprobar leyes, y más leyes, y con esta última de la vivienda van a resolver lo que nadie fue capaz de resolver en cuarenta años. Como para no estar orgullosos de su trabajo.

Es verdad que es el propio Sánchez el que dice que España es uno de los países más desiguales de Europa, que estamos a la cola en la emancipación de los jóvenes, que no encuentran ni vivienda ni trabajo, y que tenemos niveles de pobreza inaceptables. Pero es que sólo lleva gobernando cinco años. Y el suyo es un proyecto para veinte o treinta.

Ahora está el presidente, como sabemos, volcado en salvar Doñana de las garras de Juanma Moreno, al que si eres ministro has de llamar Moreno Bonilla, señorito arrogante o Bolsonaro. Y si eres vicepresidenta energética, y ecológica, o sea Teresa Ribera, entonces le llamas Mariano Bonilla.

Cuántas veces pronunciará la palabra Doñana esta tarde el presidente en el Senado

Ay, Mariano. En qué estaría usted pensando. La vicepresidenta exige y Moreno y Feijóo ningunean su exigencia. Cuántas veces pronunciará la palabra Doñana esta tarde el presidente en el Senado. Y cuántas veces invocará al comisario Sinkevicius, el lituano que lleva lo del Medio Ambiente europeo y que ayer recibió un rato al consejero andaluz Fernández-Pacheco. Bueno, no es que le recibiera. Es que, según el gobierno central, fue convocado (en plan chorreo) para advertirle de que no siga por donde va. Que retire el proyecto de reclasificar los terrenos de cinco municipios de Huelva.

Bien no le salió a la Junta la visita a Bruselas. El consejero dio una versión aseada en favor de su gobierno y de sí mismo. Contó anoche en La Brújula que el comisario se ha comprometido a estudiar lo que le han explicado.

Incluso sin este proyecto de ahora España estaría siendo advertida de que no ha tomado medidas para acabar con la sobreexplotación del acuífero

En contraste con esta versión dulzona que dio el consejero, el portavoz del lituano lo que dijo es que están profundamente preocupados por la reforma legal que tramita Andalucía y que podría degradar el Parque Nacional. Degradar más, podría haber dicho, porque el único clavo al que puede agarrarse la Junta es que el comisario reprueba el plan propuesto pero sobre todo pone el acento en que España no ha cumplido aún la sentencia del Tribunal Europeo.

Es decir, que incluso sin este proyecto de ahora el Estado español estaría siendo advertido de que no ha tomado medidas para acabar con la sobreexplotación del acuífero. Y ahí la responsabilidad no es de quien gobierna ahora Andalucía… sino de quien la gobernó antes, junto con todos los gobiernos centrales que ha habido (PSOE y PP) desde que hace más de veinte años se empezaron a encender las alarmas por la urbanización creciente del núcleo urbano de Matalascañas. Y más tarde, por los cultivos.

En una cosa se parecen el gobierno andaluz al gobierno Sánchez. Cuando tienen enfrente a alguien haciéndoles oposición se envuelven en la bandera de España, o de Andalucía, e imputan al de enfrente no aceptar el resultado de las urnas.

Esto va de retratar al adversario como un peligro público, de derechas o de izquierdas, en puertas de unas elecciones municipales

Cuántas veces se dirá Doñana esta tarde en el pleno del Senado. El sueño de los biólogos y conservadores que llevan décadas trabajando por la preservación del Parque: que diputados y senadores le dediquen su tiempo -un debate monográfico- a analizar los riesgos y garantizar soluciones.

Abandonen toda esperanza porque ni saldrá del debate de hoy solución alguna ni el motivo de que se hable de este asunto es la importancia que le dan los senadores a la biosfera. Esto va de retratar al adversario como un peligro público, de derechas o de izquierdas, en puertas de unas elecciones municipales. No tomaréis el nombre de Doñana en vano.