OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Lula, levántate y anda"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la victoria de Lula da Silva en las elecciones de Brasil frente a la derecha populista de Bolsonaro.

Carlos Alsina

Madrid | 31.10.2022 08:38

Jornada de puente -para el que lo tenga- en nuestro país y día de digestión de resultados en Brasil. La votación definitiva aupó a la presidencia, de nuevo a Luis Ignacio da Silva. Desde pequeñito le llaman Lula, y ya tiene 77 años.

Vuelve Lula

A la segunda fue la vencida. En la primera, 48-43% a favor de Lula. En la segunda, 51-49%, victoria por la mínima pero que en un país de población tan máxima como Brasil se traduce en dos millones de votos de ventaja.

Se acordó Lula en su discurso de esta noche de Simone Tebet, la candidata que quedó tercera en la primera vuelta y que pidió el voto para el candidato de la izquierda. Se describe Lula a sí mismo como un resucitado al que intentaron enterrar en vida y promete dejar atrás el bochorno histórico que, para él, significa Bolsonaro.

Lula promete dejar atrás el bochorno histórico que, para él, significa Bolsonaro

Superar la división, acabar con la miseria, revisar los tratados comerciales. Son los tres objetivos que ha mencionado el presidente electo.

El juez que condenó a Lula fichó como ministro de Justicia con Bolsonaro

Vuelve Lula, enterrando la etapa Bolsonaro y desquitándose del juicio por corrupción que le llevó a la cárcel casi dos años y que fue anulado por el Tribunal Supremo en la seguridad de que el juez que intruyó la investigación vulneró sus derechos fundamentales. Y en la sospecha de que antepuso el interés político de ver al ex presidente en prisión a la solvencia de las pruebas. El juez Sergio Moro, que pasó de emular a Antonio Di Pietro, el italiano de Manos limpias, a fichar como ministro de Justicia por el presidente de la extrema derecha populista Jair Bolsonaro.

La izquierda arrasa en Latinoamérica

Con el regreso de Lula, Brasil se sumaría a los cambios de signo político, favorables todos a la izquierda, que se han producido estos meses atrás en Colombia, con Gustavo Petro, y en Chile, Gabriel Boric. Tienen también gobiernos de izquierda Argentina, Bolivia, Perú, Venezuela y, ya en Norteamérica, México, con López Obrador.

Las naciones más extensas y más pobladas del continente han cambiado gobiernos conservadores por gobiernos progresistas, bien es verdad que con grandes diferencias entre ellos: nada tienen que ver Boric y Petro con Nicolás Maduro. O Lula con Luis Arce. Pero el avance de la izquierda es un hecho.

Las naciones más extensas y más pobladas del continente han cambiado gobiernos conservadores por gobiernos progresistas

Le ha confirmado Narcís Serra, ex vicepresidente de Felipe a Daniel Ramírez García-Mina, que en efecto el servicio secreto se ocupó, en sus tiempos, de organizarle encuentros discretos al rey Juan Carlos con sus amantes. Se encargaban del sitio, el desplazamiento y la seguridad. Y según el ex ministro, tenía sentido que así fuera porque de ese modo el riesgo era controlado.

El CNI de entonces, ocupado en que el rey se encamara controladamente. Sólo faltó encomendar a los agentes secretos que velaran porque el encamamiento resultara placentero. Eran otros tiempos, viene a decir Narcís Serra. Y es verdad. Eran los tiempos en el que el Cesid espiaba a políticos, empresarios, periodistas e incluso al rey. Sin necesidad de Pegasus. La cintateca del Cesid fue uno de los escándalos más sonados del último año de gobierno de Felipe González.

El estropicio del CGPJ

En Sevilla, en el acto conmemorativo de la victoria del 82, le hizo Felipe el favor a Sánchez de clavarle una banderilla a Feijóo, el único líder del PP por el que ha sentido simpatía el felipismo actual.

La ley que establece que son las Cortes quienes eligen a los veinte vocales del Consejo del Poder Judicial se aprobó en el año 85 con la mayoría absoluta del PSOE. El PP tuvo mayorías absolutas también para modificarlapero nunca tocó este elemento nuclear: que hace falta el concurso del PSOE y el PP, juntos los dos, para elegir a esos veinte vocales.

Hasta el jueves, Feijóo tenía acordados con Sánchez -a través de sus subalternos Bolaños y Pons- los veinte nombres que iban a ocupar los veinte sillones. A la manera de siempre: tantos para ti, tantos para mí. Veinte que no tengan un pasado militante, para guardar las apariencias, y metiendo el añadido éste de que el juez que se meta a político tenga que esperar dos años para volver a la judicatura. Así presumimos de haber despolitizado el Poder Judicial y nos repartimos como buenos amigos los cinco nuevos magistrados del Tribunal Constitucional.

Pudiendo haberlo dado a luz, Feijóo ha preferido perpetuar un CGPJ en precario, sublevado contra su presidente, descabezado

Hay que entender que a Feijóo le parecían adecuados y competentes estos veinte nuevos vocales. Le parecía un buen C-G-P-J. Pero pudiendo haberlo dado a luz, ha preferido perpetuar el que hoy tenemos, un Consejo en precario, sublevado contra su presidente, descabezado y con un grupo de vocales en rebeldía. Un Consejo que no ha sido capaz de acordar dos nuevos magistrados para el Tribunal Constitucional. Un Consejo atado de manos para cubrir vacantes.

Pudiendo dar a luz un consejo en plenitud que cubriera los huecos pendientes del Supremo, de los Tribunales Superiores, de las Audiencias Provinciales, ha escogido perpetuar esto que Lesmes llamó el estropicio.

¿En qué ha mejorado la situación? En nada. Dices: ¿pero consigue a cambio Feijóo impedir que se abaraten las penas de sedición? En absoluto. Cualquier grupo parlamentario, en rigor, puede plantear la reforma del Código para revisar la sedición. El Gobierno, naturalmente, también. Como puede poner en marcha, si le diera por desempolvar viejos proyectos, aquello de rebajar la mayoría necesaria para elegir a los veinte vocales del Consejo.

El escándalo impostado del PP

El escándalo que ahora manifiesta el PP al comprobar que el presidente persevera en su intención de abaratar la sedición es un escándalo impostado. O contagiado.

No es un secreto que Sánchez aspira a que todos los implicados en la arremetida contra la Constitución de 2017 queden rehabilitados para hacer política. ¡Quiere beneficiar a quienes delinquieron! A ver, que es el mismo presidente que los indultó. Y que tiene pactado con ellos desjudicializar. Y que ha estado negociando la mesa de diálogo con Junqueras. Y que ha asumido toda la jerga indepe en su forma de describir la cuestión catalana.

Para una cosa en la que Sánchez es coherente, que es en desdecirse de todo lo que él mismo prometió en la campaña electoral

A qué tanto escándalo. Para una cosa en la que Sánchez es coherente, que es en desdecirse de todo lo que él mismo prometió a los españoles en la última campaña electoral.

Claro que es Sánchez con quien negociaban. Con quién, si no, iban a negociar los sillones del Tribunal Constitucional. Pero los negociaron. Y cuando ya los tenían acordados, se levantaron de la mesa y prometieron no volver a negociar jamás nada. Pues queda un año y pico de legislatura. Con una crisis de caballo y un poder judicial empantanado.