OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Agasajando a un emir"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las negociaciones entre España y Qatar por la venta de gas en un momento donde la relación con Argelia está debilitada.

Carlos Alsina

Madrid | 17.05.2022 08:43 (Publicado 17.05.2022 08:40)

No se confundan, que diría Chanel. Los proyectos son una cosa, los hechos son otra. El futuro es expectativa. La realidad es el presente.

Lo que hoy aprueba el Gobierno, con la firma de Irene Montero, es una intención. Una propuesta que se llevará al Parlamento para cambiar leyes, e introducir nuevas normas, sobre asuntos diversos que van del aborto a la baja laboral por menstruación pasando por la persecución penal a quienes recurran a la gestación subrogada en los países donde es perfectamente legal.

La estigmatización de padres y madres de niños por gestación subrogada

Dile a Javier Cámara, o a Miguel Poveda, que a ojos de quien hoy gobierna deberían haber sido castigados con prisión por haber tenido a sus hijos por esta vía. Encarcelas a los padres, los inhabilitas para la patria potestad diez años, ¿y con los niños ya nacidos, qué haces? El bienestar del menor, ¿no era el primer bien que debía ser protegido?

Padres y madres de niños concebidos por gestación subrogada emplean ya el verbo que usó el otro día Calviño: estigmatizar. Estigmatizar a los padres y estigmatizar a los niños.

De modo que esperemos a ver, primero, qué pone, en realidad el texto que hoy aprobará el Gobierno (sobre gestación, sobre bajas, sobre colegios, sobre productos para la higiene femenina) y recordemos, una vez más, que el proyecto aún tiene por delante una tramitación parlamentaria en la que se matiza, corrige, se pone y se quita todo aquello que a la mayoría del Congreso le parezca.

Cómo logra el Gobierno sacar adelante todos sus proyectos: aquellos para los que no tiene apoyos bastantes, los pone a dormir

Porque para eso está el Congreso. Para legislar. Y en estos tiempos de geometría más variable que nunca, con socios que dejan al Gobierno en la estacada y partidos de oposición que salen al rescate, vaya usted a saber lo que acabará ocurriendo.

Ya hemos comentado aquí cómo logra el Gobierno sacar adelante todos sus proyectos: aquellos para los que no tiene apoyos bastantes, los pone a dormir. Mañana miércoles, por tanto -téngalo presente-, la baja laboral por menstruación dolorosa la seguirá costeando la trabajadora que la pide. Mañana, las menores de edad seguirán necesitando permiso de sus progenitores para abortar. Mañana, traerse un bebé registrado como hijo tuyo en California no te convertirá en un delincuente.

Los proyectos son una cosa. El presente, otra

El presente es, por ejemplo, la inflación. Los precios. Que, como dice el presidente, es lo que de verdad preocupa a sus gobernados. Y tanto, presidente, y tanto. Bien lo está notando usted en las encuestas de intención de voto.

Precios: el diésel va camino de los dos euros por litro y es más caro en España, por primera vez en la historia, que la media europea. La gasolina se ha encarecido un seis por ciento desde que el Gobierno aprobó los descuentos, la subvención a todos los automovilistas sin discriminación ni por rentas ni por el uso que hagan del coche. La bombona de butano marca hoy el precio más alto de su historia. Y el megavatio hora, que sigue el hombre esperando (y esperando, y esperando) a que se haga realidad el tope al gas que el gobierno prometió como si fuera inminente, se ha quedado a vivir en los doscientos euros de media.

Echarle de todo la culpa a Putin no parece que esté sirviendo como maniobra de defensa gubernativa

Echarle de todo la culpa a Putin no parece que esté sirviendo como maniobra de defensa gubernativa. O dicho de otro modo, Putin es lo peor, y la ha liado gorda, pero esto de los precios ya estaba bastante antes de que él empezara a bombardear Ucrania. Primero era la pandemia, luego lo de los contenedores, más tarde la ómicron y ahora, Ucrania.

Con razón dijo ayer el comisario Gentiloni, que no es policía sino político, socialdemócrata y buen amigo del Gobierno de España, que los precios son el mayor peligro que afronta la economía europea. Previsión para los países del euro este año, 6,1 %. Muchísima inflación. Previsión para España, un poco más, 6,3%. En su estimación anterior no llegábamos al 3%.

Creceremos menos de lo que estima el Gobierno

Y con razón se pregunta el comisario -insisto, buen amigo de nuestro Gobierno y nada dado a hacerle la puñeta-, con razón se pregunta si teniendo las pensiones ahora vinculadas a la inflación, o traducido, si estando obligado el Estado, por ley, a subir las pensiones lo mismo que suban los precios, 6% este año, será posible cuadrar aquí las cuentas. Porque si no cuadran, peligra el manguerazo de fondos europeos.

Se pregunta el comisario Gentiloni si, teniendo las pensiones ahora vinculadas a la inflación, será posible cuadrar las cuentas

La previsión europea dice que creceremos menos de lo que estima el Gobierno. No mucho menos, pero sí menos. Y con precios más altos. Es una previsión, en efecto. Una expectativa que puede cumplirse, puede quedarse corta o puede quedarse larga. Lo que es presente, lo que ya es real, es el encarecimiento de todo y la pérdida de fuelle del crecimiento.

Con el asunto, aún pendiente, del suministro de energía a los países europeos. Nuestros socios del centro de Europa andan echando cuentas para ver cómo se apañan sin el gas y el petróleo ruso. Aquí, dependencia rusa no tenemos. Pero sí tenemos nuestros propios problemas.

Carrera por ganarse el favor de Argelia

Por ejemplo, la cruz que le ha puesto el Gobierno de Argelia a Pedro Sánchezpor echarse en brazos de Mohamed VI, esta hermosa historia de amor sobrevenido que ambos comparten y que ha llevado a los argelinos a amagar con hacérnoslas pasar canutas para seguir comprando su gas.

Eso, y la luna de miel que han iniciado con Mario Draghi, donde hay otros gobiernos hay competencia. En la carrera por ganarse el favor de Argelia, el italiano gana de calle al presidente español. Que, a cambio, puede presumir de que Marruecos no le está dando estos días un problema. Claro que tampoco él se los ha dado a Mohamed. No se le ha ocurrido preguntarle si fue él quien ordenó asaltar su móvil y robarle información privada. Ni siquiera le ha pedido que haga una averiguación para salvar las apariencias.

España se rinde a los encantos del rey de Qatar

Con la crisis energética arreciando y los gobiernos a la búsqueda de proveedores alternativos, hoy la España oficial se rinde a los encantos de Tamin bin Hamad al Zani, rey absoluto (y absolutista) del emirato de Qatar.

Tiene pocas lecciones que dar de pluralismo político y de respeto a los derechos humanos. Pero está podrido de gas

Va chorreando dinero allá por donde pasa. Lo mismo se compra un club de fútbol que se compra un mundial. Tiene pocas lecciones que dar de pluralismo político y de respeto a los derechos humanos. Pero está podrido de gas.

Y eso explica que hoy le agasajen, le regalen los oídos y le hagan mucho la pelota el rey, el presidente, los ministros y todo cargo oficial que se cruce con él. A lo López Vázquez: aquí un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo. Todo por el emir. Bendito sea el emir.