OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Réquiem por la directora del CNI"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la inminente y previsible destitución de la directora del CNI, Paz Esteban; una de las exigencias de Pere Aragonès a Pedro Sánchez por el espionaje a líderes independentistas.

Carlos Alsina

Madrid | 09.05.2022 08:29

Si Alcaraz tuviera un himno, a esta hora tendría que estar sonando, ¿no? Carlos Alcaraz, el nombre propio del fin de semana. La carita que se le quedó a Zverev. Sesenta y dos minutos de partido. Dos sets y chimpún. Se merendó al alemán y ganó el torneo de Madrid. Y ganó a Nadal y ganó a Djkovic.

Alcaraz ya no es promesa, es presente

Dentro de muchos años, cuando Alcaraz coleccione título tras título y hagamos memoria de cómo empezó todo, esto del Mutua Madrid de 2022 aparecerá como una página imprescindible. Una de las primeras, porque Alcaraz ya no es una promesa, es presente, pero su carrera, en realidad, está empezando.

Paz Esteban ya se sabe sentenciada

Bueno, hablemos de carreras que se van terminando. La directora del CNI, Paz Esteban, ya se sabe sentenciada. Y no habrá necesitado investigar mucho para saberlo. Basta con que sea lectora de El País.

Cada domingo, la Presidencia del Gobierno de España se manifiesta a través de este periódico para comunicar a los lectores sus planes. Este domingo lo hizo para informar de que a la directora del CNI le quedan dos telediarios. Bueno, dos no. Medio telediario.

‘El Gobierno prepara la salida de esta alta funcionaria’, decía ayer el diario, ‘no hay confirmación definitiva porque la decisión sólo la puede tomar Sánchez y el presidente aún no lo ha hablado con ella, pero las fuentes consultadas creen que es inminente’.

Total, que se la cargan. Agradeciéndole los servicios prestados y dejando caer que Pere Aragonés fue espiado sin que el Gobierno estuviera enterado

Como poco serán tres fuentes, así que imagine la cantidad de gente que ya sabe que la directora va a caer, inminente, sin que el presidente aún se haya manifestado. Total, que se la cargan. Agradeciéndole los servicios prestados y dejando caer que Pere Aragonès fue espiado sin que el Gobierno estuviera enterado.

En La Moncloa le han cogido gusto a generar confusión en la opinión pública

En La Moncloa le han cogido gusto a generar confusión en la opinión pública y llevan entregados a esa tarea desde el jueves. Cuando fuentes de Presidencia informaron de que el Gobierno, ¿cómo era?, ni sabe ni debe saber ni quiere saber en qué anda el CNI.

O sea, la misma canción que entonó ya de viva voz el ministro Bolaños el sábado en La Sexta.

Con todo el afecto al ministro Bolaños, no hay tribunal alguno que controle nada del CNI. Quien controla al CNI es el Gobierno

Con todo el afecto al ministro Bolaños, no hay tribunal alguno que controle nada del CNI. Lo que hay es un juez del Supremo -un juez, no un tribunal- que autoriza el espionaje telefónico. Punto. Pero ni el juez dirige la investigación ni el juez controla el resultado de ese espionaje.

Corto y al pie: quien controla al CNI es el Gobierno. Y a quien informa la directora del CNI de en qué anda es al Gobierno. Y para eso despacha periódicamente con el presidente del Gobierno.

¿Le parece a Sánchez injustificado el pinchazo a Aragonès? Que lo diga

¿Le parece al presidente, o a su ministro de Presidencia, que estaba injustificado el pinchazo telefónico a Pere Aragonès? Porque hasta ahora no se le ha escuchado tal cosa. Si es así, que lo digan. Que salga Sánchez a decir que el CNI nunca debió haber sospechado del vínculo de Aragonès con actividades delictivas aunque al juez del Supremo le pareciera justificado y aunque en aquellos días -ay, aquellos días, presidente-, aunque en aquellos días fuera el propio Sánchez quien alimentara cada día la sospecha de que el gobierno catalán estaba detrás de los sabotajes.

No se ha escuchado al Gobierno decir que Pere Aragonès era un alma impoluta que jamás mereció ni siquiera una sospecha.

No se ha escuchado al Gobierno decir que Pere Aragonès era un alma impoluta que jamás mereció ni siquiera una sospecha

De nuevo, hay que recordar qué estaba sucediendo en España en el otoño de 2019. Sentencia del procés, reacción airada del movimiento independentista. Lo volveremos a hacer, algaradas en Barcelona y sabotaje al transporte público con la firma de los CDR y de tsunami democrátic, una organización que demostró de pronto una capacidad para alterar el orden público desconocida.

El presidente Sánchez, en vísperas de unas elecciones en las que pretendía atraerse el voto de Ciudadanos, exhibiendo dureza contra los saboteadores y contra los líderes indepedentistas. Y una promesa del Gobierno, que podemos recordar en boca de Grande Marlaska. Ésta promesa.

¿Hizo el CNI algo que no debiera haber hecho?

Los servicios de inteligencia, o sea, el CNI, trabajando para saber quién estaba detrás de tsunami democrátic. En ese contexto se infectaron con Pegasus los teléfonos de activistas independentistas. Entre ellos, en efecto, Pere Aragonès. Al que se debió considerar sospechoso de tener contactos reveladores con el tsunami.

¿Quiere Sánchez descabezar el CNI antes de reunirse en privado (en privadísimo) con el presidente catalán?

¿Hizo el CNI algo que no debiera haber hecho? Terminadas las algaradas del otoño, y celebradas las elecciones generales, ¿se mantuvo el espionaje telefónico con otros objetivos? ¿Recibió Sánchez información reservada sobre las intenciones de los partidos independentistas cuando estaba armando (a cuatro manos con Pablo Iglesias) su investidura?

Oye, son preguntas. Añadamos otra: ¿quiere Sánchez descabezar el CNI antes de reunirse en privado (en privadísimo) con el presidente catalán? ¿Quiere llevar a la reunión la cabeza de Paz Esteban para entregársela personalmente a su indignado compadre a ver si así se le pasa la indignación? Todo indica que, en efecto, así es. Porque la reunión no es inminente pero la destitución, sí.

Aragonès anhela, como Podemos, la cabeza de Margarita Robles

Pere Aragonès ya le hace saber al socio que ésta es una cabeza menor y que él es de caza mayor. La cabeza que él anhela, como Podemos, es la de Margarita Robles.

La ministra nunca dijo tal cosa, pero qué más da. Para Aragonès aprobar leyes autonómicas inconstitucionales, hurtar al resto de los españoles su derecho a decidir y proclamar la independencia no son actos delictivos sino encomiables.

El presidente ultima el descabezamiento del servicio de inteligencia y deja malherida a su ministra de Defensa

Nada de extraño tiene que Robles se pregunte qué debe hacer un Gobierno con quienes delinquen y él identifique delinquir con ser independentista. Da igual. Aragonés lo que sabe es que Sánchez necesita tener a Esquerra apaciguada. No por sus trece votos en el Congreso, sino porque su peor pesadilla es que le monten en Cataluña otro pulso como el de 2017.

De modo que, en vísperas de una cumbre de la OTAN en Madrid el mes que viene, el presidente ultima el descabezamiento del servicio de inteligencia y deja malherida a su ministra de Defensa.

A esto se llama asumir la responsabilidad en cabeza ajena. Capítulo primero del manual de resistencia.