Monólogo de Alsina

Alsina analiza las consecuencias para el PSOE del caso Salazar: "La onda expansiva del caso está gripando prometedoras carreras políticas"

Carlos Alsina ha analizado las consecuencias que va a tener el caso Salazar para el PSOE.

Carlos Alsina

Madrid |

Monólogo de Alsina, en Más de uno

Cuando Heraclio Fournier tenía dieciocho años, en Burgos, y aún no había empezado a imprimir naipes, dos ilustradores de Cincinnati, que hasta entonces se ganaban la vida diseñando carteles para circos, fundaron la compañía de artes gráficas Russell & Morgan. Se pasaron a los naipes bastante después que nuestro Heraclio, pero fue tal el éxito que obtuvieron con sus barajas que pronto se convirtieron en el mayor fabricante de los Estados Unidos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército recabó su colaboración para una misión especial: había que proveer de barajas a sus soldados en Europa y el Pacífico para que éstos pudieran jugar al póker… y para que aprendieran a distinguir los aviones enemigos de los amigos. Qué mejor forma de familiarizarse que con las cartas. Cada uno de los palos era una nacionalidad: picas para los aviones estadounidenses, corazones para los británicos, diamantes para los alemanes y tréboles para los japoneses. En cada carta aparecía dibujado el perfil y el frontal de un avión tal como se vería en el cielo y a una cierta distancia desde el suelo.

Los militares en tierra podían saber, así, cuándo abrir fuego antiaéreo y cuándo no, combatiendo el extendido problema que arrastraban los ejércitos de confundir amigos con enemigos y cargarse a los que no eran. Barajas de naipes contra el fuego amigo.

El concepto de fuego amigo

Este concepto del fuego amigo empezó, naturalmente, entre militares mucho antes de que se hiciera lugar común en otros ámbitos. Singularmente uno: la política. Raro es el día que algún político, o algún cronista, no utiliza esta expresión para describir la munición que se dispara desde las propias filas. En rigor, utilizamos mal el concepto. Porque el fuego amigo, en la guerra, es el que sucede por error, accidente o confusión. El Real Carlos, de la armada española, reventando a cañonazos el San Hermenegildo en la segunda batalla de Algeciras. Lo confundió con los barcos británicos.

En la política, por el contrario, el fuego amigo tiene poco de accidental o confundido. Bien al contrario, se dispara con toda la intención de hundir al enemigo (y compañero de partido).

La última prueba la tenemos a la vista. La munición contra Paco Salazar la dispararon, con acierto, mujeres que le habían sufrido en la Moncloa y que militan en el Partido Socialista. Temieron que el almirante Sánchez fuera a promocionarlo como relevo de Súper Santos Cerdán en Ferraz e hicieron naufragar la operación sin que nadie en el partido les agradeciera públicamente haber librado al PSOE de tener un secretario de organización tan poco feminista (tan poco como el anterior y el anterior del anterior) y haber librado a las compañeras de Ferraz del infierno que ellas ya habían padecido.

Se les prometió una investigación interna que nadie hizo. Y sólo cuando ElDiario.es, seis meses después, advirtió de que la indagación iba a enterrarse sin haberlas escuchado siquiera, el PSOE tuvo que improvisar un argumentario averiado que mezclaba las excusas con pretendidos argumentos jurídicos.

La mancha se ha ido extendiendo. Hoy el Consejo de Ministros destituye de su cargo en la Moncloa al director de coordinación política, un ciudadano de nombre Antonio Hernández señalado por las mismas mujeres que sufrieron a Salazar como su monaguillo; el hombre que se ocupaba de justificar los comportamientos del compadre tratando de convencerlas a ellas de que no era lo que parecía y diciéndoles lo contentas que tenían que estar de trabajar para un tipo tan apreciado en las alturas.

Lo publicó ElDiario este domingo, en un informe completísimo sobre la andanzas de Salazar y el porqué de su influencia, y el presidente Sánchez, lector atento (al menos de algunos medios) olió de nuevo el peligro y se lo quitó de en medio. Hasta que no leyó ElDiario, el presidente, también en esto, estaba en babia. Como con los comportamientos de Salazar, como con los intereses comerciales de Cerdán, como con los negocios de Ábalos con Aldama, presuntamente todo.

"Sanchez se desmentía a sí mismo en 24 horas

El mismo Sánchez que el sábado había dicho a los periodistas que no iba a haber destitución alguna porque jamás había habido connivencia de ningún cargo con Salazar, veinticuatro horas después se desmentía a sí mismo y ordenaba deshacerse del connivente. Incluso para Sánchez, presidente reversible que cambia de opinión constantemente, incluso para el presidente reversible veinticuatro horas es un récord.

Lo de Salazar no es fuego amigo primero, porque no es fruto ni de error ni de accidente

Lo de Salazar no es fuego amigo primero, porque no es fruto ni de error ni de accidente. Y segundo, porque el fuego se lo ha ganado a pulso el PSOE dejando morir una denuncia -no era retraso, era intentar que el asunto se olvidara- mientras algunos de sus colegas hacían llamadas a otros colegas políticos, amigos y conocidos, para buscarle clientes al Salazar caído en su nueva faceta de consultor privado. T

Todo será que ahora se pongan a buscarle trabajo al director de coordinación Hernández, de quien será interesante saber cómo explica la portavoz del gobierno su salida. No hay como leer la prensa para enterarse de con quién compartes oficina.

La onda expansiva del caso Salazar está gripando prometedoras carreras políticas

La onda expansiva del caso está gripando prometedoras carreras políticas. No sólo de la María Jesús Montero, número dos del PSOE que habla de lo que hace Ferraz como si no fuera cosa suya, y candidata de oposición en Andalucía, donde Salazar y Hernández hicieron carrera amadrinados por el sanchismo. También la de Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad debilitada en su reputación interna y en su carrera valenciana. Por no hablar de Pilar Alegría, compañera de mesa y mantel con el Salazar amigo y candidata de oposición en Aragón: en breve podría tener que ocuparse de una campaña electoral bien cuesta arriba. Y por no hablar de Miguel Ángel Gallardo, que es quien está embarcado ya en la contrarreloj hacia el veintiuno de diciembre en Extremadura. Con las alas, ya cargadas de plomo, que unen estos casos que afectan a Ferraz con los casos propios: el procesamiento judicial y el aforamiento sobrevenido.

Huelga de médicos

Están convocados a la huelga hoy los médicos de toda España (veremos con qué grado de éxito). Protestan contra el ministerio de Sanidad. Y de paso, en algunos sitios, contra el gobierno autonómico de turno. De los gobiernos autonómicos dependen los salarios y las plantillas. Del gobierno central, el Estatuto marco que regula sus derechos y obligaciones y que lleva la firma de la ministra Mónica García.

La huelga de hoy la convoca la Confederación de Sindicatos Médicos. Y en Andalucía, el Sindicato Médico Andaluz. Y en algunas regiones, no convocan pero sí apoyan UGT y Comisiones Obreras, que tienen convocados sus propios paros para mediados de enero. La ministra se ha grabado un vídeo para explicar a sus colegas los médicos las bondades de su propuesta. Lo ha hecho en este estilo tiktokero que ahora arrasa entre los ministros, sólo que dura tres minutos y medio y es difícil centrarse en lo que dice porque cada media frase le meten un efecto de sonido.

Bueno, pues habiendo hablado tanto y tan con todo el mundo, el resultado es que está convocada una huelga. No parece que haya tenido mucho éxito. Igual porque salpicó sus conversaciones con todas las partes afectadas con efectos de sonido ne hizo que no alcanzaran a ver lo comprometido que está el gobierno con acabar con las guardias de veinticuatro horas y recortarlas.

O con la estabilidad laboral de los médicos sobre la que ha tirado de las orejas a las administraciones españolas la justicia europea.

Basta, basta de efectos. Así no hay quien se estatute.

El Estatuto Marco, por cierto, es una ley. Para cambiar la que hay hace falta tener mayoría en el Parlamento. Lo digo porque esta misma ministra declaró este fin de semana a El País -de la huelga y el Estatuto no dijo nada- que va a derogar la ley que permite la gestión privada de la sanidad pública. Al rebufo del caso del hospital de Torrejón y para que se vaya preparando Ayuso. Titular en primera página: ‘Vamos a derogar la ley que permite el modelo de Torrejón’.

¿Quiénes? No alcanzaba a explicar con qué apoyos parlamentarios piensa hacerlo. Las leyes las deroga el Parlamento, no el gobierno o una ministra por muchas ganas que tenga. Y ahora mismo, al gobierno, la mayoría parlamentaria es lo que más se le está resistiendo.