OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Retrato de familia en Trujillo"

Desde el Museo del Prado, Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la reunión de Gobierno en Trujillo: "La deliciosa composición pictórica que diseñó ayer el departamento de ilusionismo de la Moncloa"

Carlos Alsina

Madrid | 29.10.2021 09:01

Homero nos contempla esta mañana. Homero ciego. Prefiere no ver el dato de inflación tan terrible que destacan hoy todos los diarios. Mucho peor de lo que nadie, y Nadia, habían previsto.

Bueno, les explico. El Homero que nos contempla esta mañana es el del Museo del Prado, sala de escultura clásica. La obra en mármol que alguien hizo hace dieciocho siglos y que representa al poeta privado de la vista como exaltación de su privilegiada cabeza. Si Homero cobrara vida ahora mismo se nos pondría a recitar la guerra de Troya que se traen las vicepresidentas y al pobre Odiseo lamentándose a los dioses del encarecimiento del transporte marítimo.

Hay un vínculo reconocible entre una estatua de Augusto medio desnudo y divinizado con un retrato de Sánchez trajeado y paseando por Trujillo

Estamos en el Museo del Prado porque siempre es un buen día para venir aquí a empaparse de arte, porque para los culturetas hacer el programa desde el Prado es como tocar el cielo, para celebrar que el fenómeno éste de la cancelación no haya alcanzado aún aFernando VII porque, siendo un rey tan nocivo, habría alguien tentado de prohibir la difusión de su obra (y este museo, qué le vamos a hacer, fue una criatura suya). Y porque, en fin, a partir de las once conversaremos con la profesora Mary Beard de cómo la representación del poder forma parte de la vida pública desde los tiempos de Roma. O sea, que hay un vínculo reconocible entre una estatua de Augusto medio desnudo y divinizado con un retrato de Sánchez trajeado y paseando por Trujillo.

Cómo no admirar, estando hoy aquí, la deliciosa composición pictórica que diseñó ayer el departamento de ilusionismo de la Moncloa: ese caminar sincronizado de Nadia Calviño y Yolanda Díaz en la ciudad del chíviri, esa actitud relajada de las miembros del Gobierno a palos, ese delicado instante en que el presidente saluda a Yolanda y ella recibe el saludo afectuosa y lleva su mano, suave, hasta la mejilla de él para hacerle un mimo. Es verdad que como el presidente llevaba mascarilla lo que acarició la vicepresidenta fue la tela, pero se admite como prueba del sincero interés que tenían ambos en convencernos a todos de que no habrá cese temporal de convivencia. Lo sincero era el interés, no la reconciliación que se retrasa. Sánchez no quiere que se le ponga cara de Antonio Costa, el primer ministro portugués, porque a Costa se le ha puesto cara de Koeman.

Sánchez no quiere que se le ponga cara de Antonio Costa, primer ministro portugués, porque a Costa se le ha puesto cara de Koeman

Espera durar el presidente Sánchez y espera que el Parlamento, a diferencia de Portugal, le apruebe los Presupuestos del año que viene. Hoy terminan de presentar los grupos que aspiran a tumbarlos sus enmiendas a la totalidad. Esquerra y el PNV han estado toda la semana amagando con presentarla si el Gobierno no se comprometía ya a atender sus demandas.

Se le multiplican los frentes abiertos al presidente. Aún no tiene pacificado su Gobierno por la reforma laboral y el tiempo apremia. La vicepresidenta Calviño le dijo anoche a Juan Ramón Lucas que aquí sobran los personalismos y que lo importante es asegurar que la reforma salga con el acuerdo de patronal y sindicatos.

De esto va la incorporación del ministerio de Economía, de que los empresarios ven a Calviño como una garantía de que no se hará sólo lo que quieran los sindicatos, porque a Yolanda Díaz la perciben como parte de la santísima trinidad sindical, UGT, CCOO y la ministra de Trabajo, tres personas en una y sólo un dios verdadero.

Los empresarios ven a Yolanda Díaz como parte de la santísima trinidad sindical; UGT, CCOO y la ministra de Trabajo, tres personas en una y sólo un dios verdadero

Con el Gobierno metido en la terapia de pareja, los indicadores económicos tampoco le dan respiro. La EPA confirma que el empleo se recupera, pero sigue habiendo tres millones y medio de parados en España y ahora viene la temporada de invierno, que se esperaba que fuera la de la consolidación de la actividad y el acelerón del crecimiento y, al paso que vamos, va a ser la de la inflación retrasándolo todo. El 5,5% del mes de octubre ha dejado helado al personal y ha hecho que le tiemblen las piernas al propio Gobierno, aunque en público todo lo que confiese es una preocupación incipiente.

"Con el Gobierno metido en terapia de pareja, los indicadores económicos tampoco le dan respiro"

Precios y desabastecimiento de materiales. Los dos elementos que se han conjurado contra la recuperación de la economía. Esta mañana conoceremos el dato preliminar de PIB del tercer trimestre en España y en la Unión Europea. Acuérdese de que en el segundo primero era un 2,8 y luego lo corrigió el INE para dejarlo en el 1,1. Muy bien tiene que ir el tercer trimestre para que aún pueda mantener el Gobierno su cálculo para final de año. Y si el problema gordo ahora mismo es la energía, los precios de la electricidad empujados hacia arriba por el gas, no parece que el cierre del gasoducto principal que traía el gas argelino a España vaya a mejorar precisamente el asunto.

Que Pablo Casado y su equipo sufran de enmudecimiento repentino para no decir ni mu sobre el enésimo revés judicial al PP es tan pueril como estéril

Por cierto, el Partido Popular ---ya hace tiempo que no es sorpresa--- encajó ayer otra sentencia desfavorable por la forma irregular de llevar sus cuentas. La reforma de su sede nacional se pagó en negro y aunque el condenado por haberlo hecho es Luis Bárcenas, la sentencia señala al PP como responsable subsidiario de un delito fiscal y da por acreditado que existió contabilidad paralela, es decir, la caja B.

Que Pablo Casado y su equipo sufran de enmudecimiento repentino para no decir ni mu sobre el enésimo revés judicial que encaja el PP ---las manos en los bolsillos y silbando--- es tan pueril como estéril. Lo fácil cuando quieres creer que algo no te afecta es huir de la prensa, pero el resultado es que se nota aún más lo mucho que te afecta.

Si este Homero de aquí volviera a la vida podría explicarle a Pablo Casado la diferencia entre no ver y no querer ver. Y el daño que produce a la vista cerrar los ojos a la evidencia.