El Gobierno quiere evitar que los menores accedan al porno en internet y para eso va a complicarle la vida a los adultos. Está desarrollando un carné digital y una app para acreditar la mayoría de edad.
Las webs deberán ofrecer un código QR para que el que quiera ver porno demuestre que es mayor de edad.
Hay muchas dudas. Teniendo en cuenta cuántos mayores le piden a sus hijos que les configuren las app, la primera es si este sistema va a ser más disuasorio para niños o adultos.
Es difícil no tomárselo a risa ahora que las redes lo han bautizado como pajaporte y encima le han hecho una canción paródico. Un corrido, claro.
Hay muchas dudas serias también. Por lo farragoso el sistema y lo peligroso para la privacidad.
Si alguien hackea ese carné digital, y si se ha hackeado la web de la DGT o de Correos por qué no la base de datos del pajaporte para saber nombre, DNI y hábitos de porno online. Cuánto y cómo le gusta a cada uno.
Esto llevará previsiblemente tanto a webs como a usuarios a tratar de saltarse este sistema. E incluso si todas las webs porno lo exigieran, es previsible que los usuarios, incluidos los menores, buscaran nuevas vías para compartir pornografía a través de WhatsApp o Telegram. No es por dar ideas pero ni siquiera en Twitter hay filtros para este contenido.
A lo mejor habría que empezar por no darle un móvil (ni una tablet) sin supervisión a los niños de 10 años. Y continuar por concienciar a los padres y exigir a las tecnológicas el modo parental en todos los dispositivos que usen los menores.
Y, sobre todo, sobre todo, mejorar la educación sexual.
El riesgo del acceso compulsivo a porno cada vez más violento a edades tempranas es muy serio. La iniciativa del Gobierno para evitarlo, no lo parece. Claro, que si el carné del porno acaba funcionando igual que el Radar Covid no hay de qué preocuparse. Bueno sí, de lo mismo que hasta ahora. ¿Qué están haciendo los niños en internet?
¿Moraleja?
Esto del carné por puntos para el porno está provocando mucho bochorno.