Es inquietante lo que pasa en Alemania. La extrema derecha de la AfD ha conseguido su primera victoria en las elecciones locales y gobernará en Sonneberg, un distrito del este. Consiguió el 53% de los votos. Y se están sucediendo los análisis de qué pasa en Alemania para este ascenso de la extrema derecha en el país que mejor conoce sus horrores.
La AfD crece proponiendo el fin de acogida a refugiados y no disimula la xenofobia y el antiislamismo. Promete levantar las sanciones a Rusia, apoya el diésel y quiere acabar con el euro. Niega que la actividad humana sea una de las causas del cambio climático.
Y en las últimas semanas está ganando apoyo a medida que crece la insatisfacción pública con el gobierno del socialista Olaf Scholz. Algunas encuestas incluso dan a la AfD hasta en un 20% en intención de voto a nivel nacional, por delante de los verdes, de los liberales y de los socialdemócratas y a pocos puntos por detrás del partido más grande, los democristianos. Hay encuestas que ya anticipan la victoria de la ultraderecha en Turingia, Sajonia y Brandemburgo. Y aunque el veto de la derecha alemana a pactar con la ultraderecha no frena su ascenso, sí impediría que sumen para gobernar.
¿Cuáles son los principales motivos que están llevando a los alemanes a votar a la extrema derecha? Pues muchos analistas apuntan al miedo. Pero no el miedo como factor de disuasión a votarles. El miedo es lo que juega de su parte, es metiendo miedo como consiguen crecer.
Explotan el miedo a la inflación, a la inmigración, el miedo a los precios del gas y a las políticas contra el cambio climático. El miedo a la invasión rusa de Ucrania y el miedo a la recesión. En España podríamos añadir el miedo al feminismo.
Son esos miedos los que está sabiendo capitalizar la extrema derecha. Miedos que ellos mismos fomentan en las redes sociales rodeados de bulos; miedos que maceran en la insatisfacción con el gobierno de turno.
Primero meten miedo y luego prometen protección. Así que a lo mejor no es metiendo miedo como se frena la ultraderecha. Es con más y mejores propuestas para que la gente no tenga tantos miedos.
¿Moraleja?
Viendo cómo en Alemania crece la ultraderecha, urge preguntarse cómo ha prendido la mecha.