Cuenta Andrea Köler en su ensayo sobre la espera, sobre lo mucho que nos cuesta esperar, que no es lo mismo esperar que tener esperanza. Porque la espera está atrapada del lado del futuro: tenemos esperanza cuando confiamos que ocurra algo, quizá no inmediatamente, pero pronto. Y en la espera, sin embargo, permanecemos en presencia continua, aguardando algo que puede no llegar a suceder nunca.
Pero hoy va a suceder. Han sido cuatro años de espera para que el presidente Sánchez vuelva a este programa,cuatro años esperando a que pudieras volverlo a entrevistar. Y el final de la espera ha llegado cuando menos esperanza tiene su partido de ganar las elecciones. Eso dicen las encuestas.
Explica hoy Varela que el PSOE es el partido con la tasa de fidelidad más baja de los cuatro principales partidos, que los que más dudan si repetirán su voto el 23-J son los que en las anteriores votaron por Sánchez. Sánchez es además el que recibe la valoración más baja entre sus propios votantes. Hay 2,8 millones de votantes que lo apoyaron hace cuatro años y ahora no tienen intención de repetir. Algunos, seguramente, escuchen este programa.
Tal vez por eso, tras cuatro años de espera, cuando menos tiene que perder porque más probable es que pueda perderlo todo, el presidente Sánchez vuelve a estos micrófonos para que lo entrevistes de nuevo.
Es interesante este cambio de estrategia. Porque cuando el PSOE perdió las urnas en las elecciones de hace un mes, la culpa, si no recuerdo mal, la teníamos los medios.
El mismísimo presidente del Gobierno salió a hacernos autocrítica a todos los demás, alegando que éramos los medios y de máxima audiencia los que habíamos desprestigiado su política sin darle derecho a réplica. Sin derecho a réplica, dijo.
El presidente Sánchez ha cambiado de estrategia. Hoy viene, por fin, a que lo entrevistes, Alsina. Y parece que irá también al Hormiguero, a Lo de Évole y al Intermedio. El presidente ha pasado de culpar a los programas de máxima audiencia de su derrota a querer salir en ellos para evitar la siguiente. Entre la espera y la última esperanza. Qué ganas de escuchar tu entrevista, Alsina.
¿Moraleja?
Tanto culparnos a los medios, y de pronto Sánchez nos ve como el remedio.