Cuando Trump llegó a la Casa Blanca, no sabía cómo funcionaba la OTAN. Cuando Trump llegó a la Casa Blanca, tampoco sabíamos cómo funcionaba Trump. Y ahora que él sabe lo primero y los demás lo segundo, la situación que puede darse como vuelva a ser presidente de Estados Unidos es mucho más preocupante todavía.
Cuando llegó al despacho Oval y le explicaron que la OTAN se basa en el compromiso de defensa mutua, que es como el de los Mosqueteros, uno para todos y todos para uno, a Trump el artículo 5 del Tratado de Washington le pareció una locura. Nunca ha entendido que si Rusia ataca un país, ya sea grande o pequeño, da igual Polonia que Luxemburgo, Estados Unidos tenga que entrar en guerra.
Pero ahora Trump ha ido un paso más allá, uno más inquietante todavía, y viviendo del hombre que arengó un asalto al Capitolio eso no es fácil. Durante un mitin, Trump ha asegurado que animará a Rusia a hacer lo que le dé la gana con países de la OTAN que no cumplan con su gasto en defensa. Como si en vez del orden mundial estuviera hablando de repartirse a pachas el ticket de una pizzería, reduce todo a pagar una cuenta. Sonaba a un capo de la mafia metiendo miedo para exigir el pago por protección.
Trump amenazando con retirar a Estados Unidos de la OTAN no es nuevo, pero amenazar a los aliados con arengar a Putin a atacarlos, atacarnos, es otro nivel. Además, si Trump vuelve a la Casa Blanca, ya no estaría rodeado por los asesores que le disuadieron de alguna de sus locuras la última vez.
Asustar, asusta, claro, pero ya no sorprende. Es lo bueno de conocerse. Lo malo, que queda ya poco consuelo. Cómo no van a estar deseando que Trump gane las elecciones Putin y Xi Jinping y Kim Yong-Un. Vaya tres mosqueros. Uno para todos y todos para uno.
¿Moraleja?
Todavía no somos del todo conscientes del riesgo de que Trump vuelva a ser presidente