LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Según las últimas investigaciones, hasta la inteligencia artificial necesita unas vacaciones"

Marta García Aller reflexiona sobre los últimos avances de la inteligencia artifical y lo conveniente que es pararse a reflexionar sus riesgos y su regulación.

Marta García Aller

Madrid | 31.03.2023 07:47

Ahora que para los más afortunados está a punto de empezar la Semana Santa, resulta que no solo los humanos necesitamos vacaciones. Algunos de los mayores expertos en inteligencia artificial del mundo han firmado una carta que da bastante miedito pidiendo a las grandes tecnológicas que echen el freno. Dicen que el desarrollo de la inteligencia artificial ha empezado a ir tan rápido que necesitaría al menos una pausa de seis meses para mitigar sus riesgos. Pocas cosas humanizarán más a las máquinas que necesitar unas vacaciones.

Advierten de que hay sistemas de inteligencia artificial, mejores ya que el famoso ChatGPT, que se están volviendo demasiado poderosos. No hace falta pensar en ciencia ficción para entender el peligro, podemos también echarle un vistazo a un informe reciente de Goldman Sachs que advierte que un bot ya puede hacer entre una cuarta parte y la mitad del trabajo que se hace actualmente en una oficina. Es una buena y una mala noticia. Buena porque muchas de nuestras tareas rutinarias y aburridas del día a día va a poder hacerlas la máquina.

Vete a saber si ChatGPT podrá escribirme esto que te cuento. Prefiero no comprobarlo, porque esa es también la mala noticia. Si la máquina es capaz de hacer más de la mitad de las tareas de un puesto de trabajo, tarde o temprano alguien caerá en la cuenta de que ese sueldo resulta prescindible.

El efecto de la inteligencia artificial dice Goldman Sachs que puede ser doble: bien gestionada aumenta la productividad y libera tiempo para hacer algo más valioso, más creativo, o simplemente, para descansar. Pero, claro, si libera demasiado tiempo de ese empleado, deja de ser necesario. De la última oleada de despidos en tecnológicas, bancos y grandes consultoras es difícil saber cuántos se deben a la coyuntura económica y cuántos a la automatización de tareas.

La IA está avanzando cada vez más deprisa, pero no lo hace la regulación ni el análisis de sus riesgos. De ahí la importancia de esa advertencia de los expertos en inteligencia artificial que advierten de que esta tecnología se nos está yendo de las manos. Falta planificación y regulación. Igual que se hizo con la energía nuclear, necesitamos normas para una transición ordenada.

¿Moraleja?

Según las últimas investigaciones, hasta la inteligencia artificial necesita unas vacaciones.