El problema ya no son los bulos, sino los memes. Entre tanto meme 'torrentiano' de Abalos-Koldo-Cerdán empieza a ser difícil saber cuánto es parodia. Es todo tan zafio que es imparodiable. Decía Santiago Segura que se lo están poniendo difícil para que Torrente 6 no parezca un documental.
Sirve para el guion el acta del registro que hizo la Guardia Civil el otro día a la vivienda de Ábalos, con el ex ministro en camiseta, como si acabara de levantarse de la cama Tony Soprano. Resulta que en el registro, la UCO cazó a Ábalos con una joven en su casa. Y los agentes la pillaron intentando irse con un disco duro en su pantalón. Algunas informaciones la llaman modelo, otras 'gogó'. Ella dijo a los agentes que era una "amiga" que le iba a pasear al perro. Este eufemismo es nuevo, mira. Sobrina está muy trillado ya.
Pedía el otro día la filóloga Lola Pons en El País que a las mujeres prostituidas no las llamemos señoritas. Esto de darle vueltas a cómo nombrar a las mujeres que ejercen la prostitución no es nuevo, mira Las señoritas de Aviñón. A ver si con tanto eufemismo no es a las mujeres prostituidas a las que se protege, sino a los puteros. A ellos hay que empezar a llamarlos así. Visibilizarlos.
Son muchos más los puteros que las prostitutas y, sin embargo, muchísimo más invisibles. Es curioso lo poco que sabemos de los puteros y es muy probable que todos conozcamos a uno. Mucho más fácil estadísticamente que conocer a una prostituta. Más de la mitad de los puteros en España están casados y la edad media está entre 30 y 50 años. Dos de cada diez jóvenes consideran normal pagar por sexo. Algunos estudios sitúan España como el país con más puteros de Europa. Entre un 32 y un 39% de los hombres.
Mucho más demoledora es cómo aplica la estadística a los dos ex secretarios de Organización de Sánchez y a los tres que lo acompañaban en aquel Peugeot. Tres de tres.
¿Moraleja?
Seamos sinceros, en vez de señoritas, hablemos de 'puteros'