LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Rubiales se va por un beso y una tocada de huevos"

Marta García Aller reflexiona sobre la dimisión de Luis Rubiales como presidente de la Federación Española de Fútbol después del escándalo del beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso.

Marta García Aller

Madrid | 11.09.2023 07:36

Se acabó. Rubiales ha dimitido tres semanas después. Después de ganar el Mundial y celebrar la victoria agarrándose los genitales en el palco, junto a la reina, y tres semanas después de darle un beso en la boca a una jugadora de la selección mientras le sujetaba la cabeza, que ella misma ha explicado que no fue consentido.

En estas tres semanas, el ya expresidente de la Federación le ha dado tiempo a llamar gilipollas a todo el que creyera que hizo algo inapropiado. A grabar un vídeo en el que más que pedir disculpas daba a entender que no entendía por qué hacían falta. Un vídeo exculpatorio en el que la Federación presionó para que participara la jugadora, Jenni Hermoso, a lo que ella se negó, así que se inventaron unas declaraciones suyas en un comunicado.

Ha dado tiempo también a creer que Rubiales pensaba dimitir en la asamblea y a que él lo negara cinco veces entre aplausos, cargando contra el ‘falso feminismo’.

Ha dado tiempo en estos 21 días a que la FIFA suspendiera de forma provisional a Rubiales, pero también a que quedase claro que las instituciones españolas no tenían potestad para inhabilitarle. Y la jugadora ha tenido tiempo de denunciarle ante la Fiscalía.

A lo que no le ha dado tiempo a Rubiales en estas tres semanas es a entender qué ha pasado. Él, que hasta ahora había sido intocable. Ha entendido, al menos, y mira que le ha costado, que aferrarse al cargo no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español. Así lo dice en el comunicado de su dimisión.

¿Por qué ha caído Rubiales por el beso y no por todos los demás escándalos? No es fácil mover a alguien de una estructura tan acostumbrada a convivir con la corrupción. La política y la sociedad están tan acostumbradas a mirar para otro lado cuando se trata de fútbol, que ha tenido que pasar algo inaudito y en una retransmisión en directo al mundo entero para que no pueda mirarse para otro lado. Ha tenido que ser más allá del fútbol, porque las estructuras del fútbol están pensadas para ser intocables. Se acabó Rubiales, las estructuras se quedan.

¿Moraleja?

Se va por un beso y una tocada de huevos, porque la corrupción no era nada nuevo.