Si no fuera algo tan serio, por lo que tiene de amenaza en el retroceso de derechos para las mujeres, tendría su gracia. Bueno, la verdad es que la tiene. Tiene su gracia que el Gobierno de Castilla y León, que la semana pasada decía que lanzaba un nuevo protocolo para que las mujeres que quieren abortar tomen decisiones de forma más “consciente”, informada y consciente, decían, sea el mismo Gobierno incapaz de informar bien de las medidas que toma y sea tan inconsciente.
No sé cuántas versiones han dado ya esos que venían a informarnos a las mujeres, pobrecitas, que debe de ser que se creen que vamos por la vida decidiendo cosas sin reflexionar hasta que no vienen ellos con un buen protocolo. No han sido capaces en cuatro días de explicar en qué consiste. Tanto lío se han hecho que ayer el protocolo ya no existía. ¿Protocolo, qué protocolo? Así se evitaban explicarlo.
El jueves anunciaban que ofrecerían a las mujeres que quieran abortar escuchar el latido del feto y ecografías 4D; Dijo García Gallardo, el vicepresidente del Gobierno de Castilla y León, que sería “imperativo” para los médicos ofrecerlo. El lunes el PP dio marcha atrás. Ya no había ya nada obligatorio. Estos son los que vienen a informarnos, los que piden consciencia.
Como el Gobierno de Mañueco, Mañueco incluido, ha tardado tantos días en aclararse, le ha dado tiempo a una ristra de asociaciones de ginecología, científicos y médicos a salir a explicar que lo de escuchar el latido del feto en las primeras semanas y la ecografía 4D no solo es que pueda ser tortuoso para la mujer que va a abortar, es que además desde el punto de vista médico tampoco es beneficioso para el feto.
Así que la información que supuestamente ofrecía este protocolo no es información con criterio médico, sino moral. Y esa cantinela de que ofrecer información nunca esta de más no cuela. Si es información sin respaldo sanitario ni científico, que solo busca desestabilizar emocionalmente a una mujer es que no es información. Es una canallada.
¿Moraleja?
Esos que pedían a las mujeres más consciencia son incapaces de ocultar su incompetencia.