LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Lo que pasó ayer en el hemiciclo, no parece un cambio de ciclo"

Marta García Aller reflexiona sobre la aprobación de la ley de amnistía que se produjo este jueves en el Congreso de los Diputados.

Marta García Aller

Madrid | 15.03.2024 07:48

La ley de amnistía ya no es lo que era. Acaba de llegar y ya está envejeciendo mal. Se suponía que el día de su aprobación sería un antes y un después. Un hito así sería esperable que lo celebrasen por todo lo alto sus impulsores, después de tanto trabajo.

Cómo no celebrarla por todo lo alto si lo que ayer se votaba nos habían dicho que era la ley más importante de la legislatura, que digo de la legislatura, ¡de la democracia! Pues no. Esa ley ambiciosa que venía a reconciliar Cataluña y poner el cerrojazo al procés, apenas recibió unos tímidos aplausos de bienvenida del presidente Sánchez junto a solo cuatro ministros presentes. La vicepresidenta Yolanda Díaz ni se puso en pie ni aplaudió. Les faltó al votar taparse la nariz para que nos quedara más claro. Aquí solo lo ha celebrado con entusiasmo una de las partes. La amnistiada, claro.

Así que la amnistía ya está en marcha, pero el cambio de ciclo no se ve por ningún lado. Ni mucho menos los apoyos para dar estabilidad a la legislatura asegurada, porque con el adelanto electoral en Cataluña están todos los los apoyos al Gobierno están en el aire. La amnistía a cambio de nada. Nada nuevo al menos.

El Gobierno sí habla de un cambio de ciclo, pero teniendo en cuenta que la parte amnistiada de lo que sigue hablando es de referéndum y autodeterminación… Y que vamos a tener a Puigdemont hasta en la sopa, este ciclo, la verdad, se parece muchísimo al anterior. Sin los apoyos de los socios indepes asegurados, qué desagradecidos estos socios, la yincana legislativa continua.

El Gobierno está posponiendo la celebración de la amnistía hasta las elecciones catalanas, confiando en que si gana Illa haya merecido la pena. Entonces no es la amnistía lo que celebraría, sino el poder. Para ser un antes y un después, esto se parece mucho a un cálculo electoral de toda la vida.

¿Moraleja?

Lo que pasó ayer en el hemiciclo, no parece un cambio de ciclo.