Para mucha gente este fin de semana hay una cita tan importante o más que la final de la Champions. La final de Eurovisión. Y para los que no tenemos mucha idea de las canciones que compiten, Eurovisión siempre tiene un trasfondo político muy interesante. El más interesante de todos seguramente sea que la organización niega que haya nada político en él.
Que Ucrania fuera la ganadora el año pasado hace que en esta edición sea más evidente que nunca ese trasfondo político. Para el país invadido, el concurso musical es una oportunidad de hacer visible a todo el mundo la situación en la que se encuentra. Más de 160 millones de personas vieron ganar a Ucrania la final del año pasado.
La guerra obviamente impide que Kiev sea anfitriona en esta edición y se celebra en Liverpool. Aun así, Ucrania será la protagonista, la anfitriona en funciones. Y eso le permitirá al país el mayor acto de propaganda en mucho tiempo. Lo que se diga de Ucrania en Eurovisión será lo más parecido a un análisis geopolítico que va a llegar a mucha gente.
Los organizadores de Eurovisión han negado a Zelenski dar un discurso en vídeo en la final porque alegan que podía politizar el evento. Pero, con o sin Zelenski, es imposible no politizarlo. Hay una guerra en Europa.
Y es política que los ganadores del año pasado, el grupo ucraniano Kalush Orchestra, digan que el año que viene Ucrania será la anfitriona de Eurovisión una vez que ganen la guerra. Es política que tengan un permiso especial para no estar en el frente sino en el escenario. Es política que el grupo vendiera su trofeo de Eurovisión por 900,000 dólares y los donara a las fuerzas armadas ucranianas para comprar drones de combate. Y es política que hayan donado el millón y medio que ganaron en su gira al ejército ucraniano y la reconstrucción de instituciones culturales en el país.
La organización de Eurovisión prohíbe hacer declaraciones políticas a sus participantes, pero en la final de Eurovisión Ucrania va a estar por todas partes y va a estarlo también el recuerdo de la invasión rusa. Y del derecho de Ucrania a seguir existiendo. Y eso, claro, es política.
¿Moraleja?
No se puede celebrar Eurovisión sin recordar que Ucrania sufre una invasión.