Ya era hora. Han tardado mucho en hacer algo y no va a ser una solución infalible, pero ya era hora de que desde el Ministerio de Igualdad propusieran alguna medida para paliar la desprotección que pueden sentir las víctimas cuando sus violadores salen de la cárcel por la revisión de penas derivada de la nueva Ley del 'solo sí es sí'.
Las víctimas de los violadores excarcelados de manera inesperada van a poder solicitar que les instalen a sus agresores pulseras telemáticas para protegerlas. Son dispositivos que permiten geolocalizar al agresor y la víctima y alerta a la policía si se incumple el alejamiento.
Esto sí puede ayudar a las víctimas a sentirse más protegidas y no echarle la culpa a los jueces de aplicar un texto legal del que sus responsables no supieron prever sus consecuencias no deseadas. Sobre todo, después de que desde el Ministerio negaran que estas excarcelaciones fueran a producirse. Van 18 agresores sexuales excarcelados y casi 200 con reducción de penas. Y eso son muchas víctimas.
No parece ya que el Gobierno vaya a modificar la ley del 'solo sí es sí'. Y eso que hubo varias ministras socialistas abiertamente a favor de que se corrigieran las lagunas que pudiera haber. La ministra Margarita Robles, que también es jurista, usó hace unas semanas esa palabra, ‘lagunas’. Muy significativa.
Y hay otra palabra más significativa todavía. La que usó ayer la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, que era la encargada de presentar la medida de pulseras telemáticas para los agresores excarcelados. Rosell habló de “las víctimas afectadas por las reducciones de penas”. Reconoce por fin que ese efecto se está produciendo y en vez de restar importancia al número de casos por fin se lo da a cómo puede afectar a las víctimas.
Reconocer un efecto no deseado de una ley es el primer paso para ponerle remedio. Echar las culpas a los demás, no. Mucho han tardado desde el Ministerio de Igualdad en anunciar medidas pensando específicamente en esas víctimas a las que la excarcelaciones de sus agresores les hace sentir desprotegidas. A que pidan disculpas por no haberlo previsto ya podemos seguir esperando.
¿Moraleja?
Mejor vigilar a los violadores con pulseras que no hacer como si las excarcelaciones no existieran.