LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Los jóvenes que entran en una empresa miran hacia arriba y no aspiran a ser sus jefes"

Marta García Aller reflexiona sobre la jornada laboral de cuatro días a raíz de que Corea del Sur renuncia a ampliar la jornada laboral a 69 horas semanales.

Marta García Aller

Madrid | 17.03.2023 07:48

Mientras cada vez en más países, España incluida, se ponen en marcha pruebas piloto de la jornada laboral de cuatro días, para estudiar la viabilidad aún remota de trabajar de lunes a jueves, llega desde Corea del Sur una noticia que me ha llevado a echar mano de la calculadora. El Gobierno surcoreano renuncia a ampliar la jornada laboral a 69 horas semanales. Eso equivale a casi 10 horas al día, los siete días de la semana. O 14 de lunes a viernes. Aunque siempre podrían repartir las 69 horas en 17 horas al día de lunes a jueves, si quisieran explorar la jornada de 4 días.

Al final, la propuesta del Gobierno surcoreano de ampliar el tope de horas a 69 no ha prosperado. El país se queda con las 52 horas legales de trabajo a la semana, que no está mal tampoco. 52 horas. No serán más por la fuerte oposición de los jóvenes, que piden más conciliación con la vida personal.

En España estamos oficialmente lejos de ese límite de 52 horas semanales, aunque hace unos meses supimos que el Ministerio de Trabajo había puesto en el punto de mira las condiciones laborales de las consultoras. Detectaron que no era extraño que en ese sector se superasen las 50 y 60 horas semanales. De nueve de la mañana a 10 de la noche.

Y no sé cómo será en Corea, que ya es el país con la tasa de fecundidad más baja del mundo y camino de ser el más envejecido, pero aquí en España también cunde la idea de que los jóvenes no quieren trabajar tan duro como los mayores.

En esas consultoras españolas donde se hacen tantas horas a la semana, en bufetes de abogados y demás, reconocen que les cuesta retener el talento más joven. Lo necesitan, pero no lo entienden. Si las empresas no saben bien cómo ganárselos es, en parte, porque los jóvenes que entran en una empresa miran hacia arriba el organigrama y no aspiran a ser sus jefes. Dicen que sus prioridades han cambiado. Eso de entrar a las 9 de la mañana y salir a las 9 de la noche no les convence mucho. Y menos mal.

¿Moraleja?

Aprovechando que es viernes, soñemos con una jornada de cuatro días en ciernes.