LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Imposible prever cuánta gente irá a votar en vez de al chiringuito"

Marta García Aller reflexiona sobre la posible desmovilización de los votantes en las próximas elecciones generales, donde los políticos tendrán que competir no sólo contra la apatía política, sino contra la tentación del chiringuito.

Marta García Aller

Madrid | 31.05.2023 07:26

Entre tantas elecciones y tantos sustos, es difícil que los partidos hayan tenido tiempo de pensar nuevos lemas de campaña. Ya que las elecciones van a ser a finales de julio, les propongo uno: Operación salida.

Operación Salida le sirve al PP para prometer echar a Sánchez, Operación Salida de La Moncloa. Pero también podría servirle al PSOE para justificar que no le quedaba otra. Operación salida de emergencia, que es lo que ha sido esta precipitada convocatoria electoral para los socialistas.

Para no abrasarse en otros seis meses de espera a las generales, la adelanta a 23 de julio y los que nos abrasaremos vamos a ser los ciudadanos votando a 47ºC. A la vez que nos digan que no salgamos de casa en horas de más calor nos dirán que salgamos a votar. Urge un horario de verano en la Ley Electoral.

Operación Salida sería un buen cartel electoral en estaciones y aeropuertos, que es donde va a haber que interceptar a los votantes durante la campaña veraniega. Para convencernos de ir a las urnas ya no habrá que competir contra la apatía política, sino contra la tentación del chiringuito.

Por eso resulta muy poco creíble que lo que busca Sánchez con este adelanto sea una gran movilización. No es descabellado prever que el hastío a la política va a crecer en uno de los meses más apropiados para la desconexión.

Así que más que movilizar a los suyos, tiene más pinta que los cálculos de Sánchez confían en que el factor chiringuito desmovilice al votante más movilizado del 28-M, el que le dio la victoria al PP.

Y hasta ahí lo que se puede prever. Porque si normalmente es difícil extrapolar resultados, esta vez es imposible. No hay precedentes. No sabemos qué pasará en una jornada electoral cuando toda la familia está en el pueblo, en la playa o en la Riviera Maya.

Estas proyecciones de desmovilización no son demoscópicas, pero las que han llevado al presidente a adelantar las elecciones seguramente tampoco. Al menos ninguna fiable. Lo único seguro que hace la gente a finales de julio es pensar en la operación salida.

¿Moraleja?

Imposible prever cuánta gente irá a votar en vez de al chiringuito. A los de las encuestas preelectorales les va a dar un cortocircuito.