Los whatsapps del presidente nos llegan por entregas, como las novelas del XIX. Y en el episodio de hoy tenemos una nueva. Una que confirma que las más altas instancias del Ejecutivo discutían de asuntos delicados, que le cuestan al Estado cientos de millones, por el mismo canal que se organizan las fiestas de cumpleaños y extraescolares del colegio de los niños: por whatsapp.
Lo último que cuenta El Mundo es que el presidente escribió a Ábalos ordenándole "meditar" y ver "cómo enfocar" la operación para salvar Air Europa. Las fechas de los mensajes también son comprometedoras. Sánchez le pide a Ábalos que le dé una vuelta al rescate cinco días después de la llamada a Begoña Gómez que investiga la UCO, en la que Aldama llamó a Koldo confesándole que Javier Hidalgo, dueño de la aerolínea, había llamado a la mujer del presidente pidiéndole ayuda para el rescate de la aerolínea.
Puede sonar lioso, pero las novelas por entregas siempre lo son. En La Moncloa hay malestar porque se estén publicando, dicen, “conversaciones privadas”. Denuncian un atropello a la “intimidad” del presidente. Pero lo que estamos conociendo no son mensajes de su intimidad, sino mensajes de Sánchez sobre estrategias de partido (salen hoy también mensajes con Ábalos sobre cómo tumbar al Gobierno de Castilla y León que Mañueco tenía con Ciudadanos), o planeando un rescate millonario a una aerolínea que investiga la UCO, o rajando sobre sus barones más díscolos y sus propios ministros.
El Ejecutivo denuncia la publicación de mensajes privados del presidente. ¿Pero no habría que denunciar también qué hace el presidente tratando temas sensibles en una app de mensajería tan poco segura como whatsapp en la era de los Pegasus, los ciberataques, los Aldamas, Ábalos y Koldos?
Moncloa ve a la vez irrelevantes los mensajes y grave su filtración. Pide que la justicia abra una investigación interna por la publicación de conversaciones privadas, pero debería también abrir una reflexión más interna todavía sobre la imprudencia de usar tanto WhatsApp para enviarse mensajes potencialmente comprometedores.
¿Moraleja?
Hay que ser muy imprudente para mandar tanto Whatsapp, presidente.
