La trama rusa del procés se pone cada vez más interesante. E inquietante. El Parlamento Europeo ha pedido investigar las injerencias rusas en el procés, porque dentro del plan de Putin de desestabilizar la Unión Europea hay indicios de los lazos del Kremlin con los secesionistas catalanes.
Putin es mucho más inquietante ahora de lo que lo era en el 17. Bueno, es igual de inquietante pero después de invadir Ucrania es más evidente lo inquietante que es. De hecho, la posibilidad de que Rusia se atreva con una incursión rusa contra un país de la OTAN cada vez se toma más en serio.
El miedo a Putin se ha ido intensificando en las últimas semanas en Polonia, en Finlandia, en Estonia, Letonia y Lituania… Y crece más todavía con la posibilidad de que Trump pueda ganar las elecciones en noviembre, porque si cumple lo prometido, pondría fin a la guerra pactando con Putin y suspendería toda la ayuda a Ucrania y está por ver qué pasaría con la OTAN.
Así que en Europa, Putin cada vez da más miedo, no menos. Y cuanto más inquieta lo que pueda hacer el Kremlin, más importa saber qué hizo realmente y cuáles fueron sus conexiones con la cúpula del secesionismo catalán. También con la extrema derecha europea hay investigaciones en marcha. Todo lo que huela a desestabilizar el sistema desde dentro a Putin le encanta.
Por eso es tan importante la resolución que ayer aprobó el Parlamento Europeo por una mayoría clarísima. 453 votos a favor, 56 en contra y unas pocas abstenciones. En contra de investigar los lazos de las conexiones de los europarlamentarios con el Kremlin han votado los propios independentistas, claro. Los socialistas, a favor. Y eso sí que es inquietante. En Estrasburgo el PSOE reconoce la gravedad de los indicios de las conexiones rusas con el secesionismo, mientras en España hacen lo posible porque deje de investigarse cualquier cosa que pueda involucrar a Puigdemont. Si queda impune, puede que no termine de aclararse nunca qué pasó.
¿Moraleja?
Ya no hay excusa, para no investigar la trama rusa.
