Hoy entra en vigor la última reforma del Código Penal que deroga el delito de sedición y la rebaja el de malversación. Y el Gobierno confía en que no haya rebajas de penas a corruptos. Claro, que es el mismo Gobierno que dijo que no se producirían reducciones de condena por la aplicación del ‘Solo sí es sí’ y ya van, al menos, 141 condenados por delitos sexuales que se han beneficiado.
El Gobierno está todavía por reconocer aquella equivocación, porque dijo explícitamente que aquello no pasaría y pasa. Por eso es curioso cómo está preparándose por si a raíz de la reforma, hubiera rebajas de penas a corruptos como ya avisó la Fiscalía Anticorrupción. La estrategia no demasiado sofisticada: negarlo todo.
Niegan desde el Gobierno que vayan a producirse rebajas de penas, pero se niegan también a comprometerse en que no se van a producir rebajas de penas y, puestos a negar, niegan también que la malversación a la que condenaron a los miembros del procés sea malversación-malversación. ‘Malversación clásica’, creo que la ha llamado Bolaños, clásica, como si estuviera hablando de un tipo de cerveza. No sé si al eliminarlo, el delito de sedición pasaría entonces a ser una 0,0.
La reforma de la malversación que entra hoy en vigor implica, entre otros cambios, que en vez de los 15 años de cárcel máximos que se contemplaban antes, se pasa a entre tres y cinco para algunos supuestos, curiosamente los del procés. Pasar de 15 a 3 se parece muchísimo a una rebaja. Es muy difícil negar que 3 sea menos que 15. Y como en los números se ve tan claro siempre puede uno probar con las palabras y negarse a llamar corrupción ese tipo de malversación.
Más difícil lo va a tener el Gobierno para justificar que su reforma no es una rebaja de la malversación si la disposición transitoria que ha introducido para orientar a los jueces no basta y prosperan revisiones a la baja de penas en casos como el de Aquamed, el caso Púnica o la Kitchen. A ver quién niega que eso sea corrupción-corrupción.
¿Moraleja?
Como haya rebajas de penas a corruptos durante la precampaña, lo de negar que eso sea malversación clásica sí que va a sonar a patraña.