¿Sabes cuál es el país de la OCDE en el más ha bajado el poder adquisitivo de las familias? Efectivamente, es España. Si comparamos los ingresos reales que teníamos los españoles justo antes de la pandemia y el que tenemos ahora resulta que la renta real ha caído casi un 8%. Los precios siguen subiendo, pero los salarios no.
Algunos indicadores muestran que las empresas españolas están mejorando sus márgenes de beneficio. Y que las empresas ganen más es una buena noticia. Es el primer paso para que el empleo aguante. Lo que no es tan buena noticia es que los sueldos no suban. ¿Cuánto más esfuerzo van a tener que hacer los trabajadores en España a costa de perder poder adquisitivo, mucho más, por cierto, que en los países de nuestro entorno?
Hay a quien sí le están subiendo el sueldo. Un 20% de los trabajadores tienen cláusulas de garantía salarial en sus convenios que compensan todo o parte del aumento de los precios. Bien por ellos.
Claro, que alegrarse de subidas salariales ajenas es más difícil cuando a quien le suben el sueldo es precisamente a quien pide que no nos lo suban a los demás. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, es favorable a la contención salarial. Sobre todo a la de los demás. Porque él sí se ha subido el sueldo.
En medio de la negativa de la patronal a negociar el salario mínimo, en medio de la falta de avances para un nuevo acuerdo para la negociación colectiva, el presidente de la CEOE ha pasado a cobrar 50.000 euros más. Y ya no entro en si 400.000 son muchos o pocos euros, el caso es que son más. Muchos más.
Y así, claro, es más difícil a todos los demás convencernos de que no es momento para subir los salarios en España. Y cómo de difícil tendrá Garamendi defenderse de las críticas a su subida de sueldo que no se le ha ocurrido mejor metáfora que alegar que "es como si hay una violación y dicen que la chica iba en minifalda". Es tan absurda la comparación que resulta reveladora: esto no tiene ni pies ni cabeza.
¿Moraleja?
Que el presidente de la patronal se suba tanto el sueldo ya no es que esté feo, es que parece recochineo.