LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "La cumbre climática se está celebrando en un resort turístico en mitad del desierto"

Marta García Aller denuncia las contradicciones alrededor de la cumbre del clima que comienza hoy en Egipto; se celebra en un resort turístico en mitad del desierto de un país que viola constantemente los derechos humanos.

Marta García Aller

Madrid | 07.11.2022 07:42

Los últimos ocho años han sido los más calurosos jamás registrados, según un informe de la ONU. El nivel del mar ahora está subiendo el doble de rápido que hace 30 años, los océanos están más calientes que nunca y el derretimiento de glaciares en los Alpes está en niveles récord.

Y los países que más sufren las consecuencias del cambio climático, las sequías, inundaciones, hambrunas y demás, son los que menos culpa tienen, los que menos contaminan. La idea para celebrar la cumbre del clima que comienza hoy en Egipto era llamar la atención sobre el alto coste que pagan en los países africanos por lo que se contamina en el resto del mundo, mientras este continente solo es responsable del 3% de los gases de efecto invernadero.

Sin embargo, hay otro valor simbólico de celebrar la cumbre en un país como Egipto. La activista climática Greta Thunberg ya avisó que no iría a esta cumbre por el dudoso valor simbólico de celebrar la COP27 en un país que viola sistemáticamente los derechos humanos.

Hay más contradicciones. El evento que reúne durante dos semanas a los negociadores de 200 países para diseñar políticas contra el cambio climático se está celebrando en un resort turístico en mitad del desierto, lleno de piscinas y lagos artificiales, en un país cuya población sufre los estragos de la sequía. La mayoría de los 40.000 asistentes no tienen más forma que llegar que por avión y entre los patrocinadores de la cumbre se encuentra Coca-Cola, una de las mayores generadoras de envases de plástico del mundo.

Según Human Rights Watch, el régimen egipcio ha silenciado a los ecologistas del país antes de la COP27, igual que reprime cualquier otro activismo por los derechos humanos. En Egipto hay unos 65.000 presos políticos. La última alerta es de los expertos en ciberseguridad, que están advirtiendo que la app de la cumbre del clima desarrollada por el régimen de Al Si-Si pide puede utilizarse por la dictadura para espionaje masivo y represión de disidentes.

¿Moraleja?

Si una cumbre climática debe servir para alertar de los peligros del calentamiento global, celebrarla en Egipto sirve de ejemplo de lo que estamos haciendo mal.