Hoy se acaba octubre. Y con el fin de mes llega una de las revisiones que más temen ahora muchos españoles. La del euríbor que marca el precio de su hipoteca variable, la que tienen la mayoría de los 6 millones y medio de familias hipotecadas. Las subidas de tipos están encareciéndolas unos 300 euros al mes de media.
Hace un año, cuando todavía nos preocupaba más la pandemia que Putin y las nuevas olas que temíamos eran del virus y no de subidas de tipos del BCE, el euríbor estaba en negativo, en -0,48. Tiempos aquellos. Ahora se acerca peligrosamente al 3%. Y subiendo.
A pesar del riesgo de recesión, el BCE seguramente siga subiendo tipos para frenar la inflación, algo que de momento no está consiguiendo. Eso significa que los que se vayan a comprar una casa van a tener que pagar cada vez más por el préstamo o decidirse por una mucho más pequeña. Y también pone en alerta a los ya hipotecados, que cada final de mes echan mano de la calculadora para ver lo que les subirá la cuota cuando les toque la revisión.
Esos 300 euros de más al mes, es decir, 300 euros menos en la cuenta, sí que se notan en la cesta de la compra, esa que tanto preocupaba hace un mes y pico y de la que ya no hablamos tanto. En este tiempo no solo no ha habido solución para hacer más accesible el encarecimiento de los alimentos, sino que además al seguir aumentando de precio la vivienda a los hipotecados, se pone más difícil.
La banca lleva tiempo prometiendo que un mecanismo de ayuda para arrimar el hombro. Negocian con el Ministerio de Economía un acuerdo para aliviar el aumento de cuotas a las familias vulnerables, a los que no puedan hacer frente a un incremento de más de 3.000 euros al año de media. Lo que no terminan es de decidirse cómo. Mientras tanto, ya están anunciando es que darán unos dividendos récord. Este será uno de los mejores años de su historia.
¿Moraleja?
Con los bancos son malos tiempos para estar hipotecados, pero sus accionistas estarán encantados.