El último enfrentamiento es sobre quién tiene la potestad de poner los horarios de los partidos. En el convenio actual, los pone la Liga para cumplir los compromisos que tiene con las televisiones, que son realmente las que mantienen los presupuestos de casi todos los clubs de fútbol, que no olvidemos que son sociedades anónimas y que se juegan el dinero de sus accionistas y socios.Rubiales, antes sindicalista, ahora en la Federación cree que ese dinero que se reparten los clubs por los partidos de liga, tendría que dejar un pedazo del pastel más grande para su Federación.
Ahora le caen unos 35 millones de euros anuales, más el negocio que explota con la Selección Española y sus derechos, utilizando a los futbolistas españoles a los que pagan sus clubs, pero que tienen que ceder gratis a la federación. No hay la necesaria separación oficial y legislada entre el fútbol profesional y el amateur, que podría ser el fútbol público, que englobaría las categorías de niños hasta juveniles y la selección, y el fútbol privado, que pertenecería a los dueños de los clubs, o sea a sus socios.
Y cada uno administraría los suyos, dando cuenta a sus socios los clubs, y a la Administración la Federación. Pero como nuestros políticos hacen soplar el viento a favor o en contra, según el color de las velas y los barcos, a Rubiales le sopla Pedro Sánchez a favor, porque le hizo creer que es del PSOE. Rubiales es de sí mismo y nadie más. YTebas en su osadía descarada dijo que sus ideas estaban próximas a VOX, y la liga recibe los golpes que van dirigidos a Tebas, por parte del gobierno de Sánchez. Qué país, qué paisaje y qué paisanaje.