Se juntó todo, un mal día de Messi que ni buscó ni lo encontraron, un mal día de Iniesta, y desconectado Suárez, y muy vigilado Neymar, y salió el genio de la lámpara y convirtió al Barça en rana, y al PSG en Gigante.
Emery preparó y estudió a conciencia el partido presionando al Barça muy arriba y desconectando a las figuras del Barça del equipo mientras en el PSG Di María quedaba tocado por el espíritu santo y le salía todo. Y cuando el cansancio empezó a pasar factura al PSG, se cerraron con una solidaridad de equipo ejemplar, y el Barca no fue capaz de hacer un gol que en campo contrario vale doble. Ahora tendrá que hacer 5 en el Camp Nou, el miércoles 8 de marzo, siempre que el PSG no haga ninguno, y esos datos, para superarlos, hay que imaginar milagros, aunque Messi sea capaz de hacerlos pero no de garantizarlos.
Esta noche el Madrid tendrá enfrente al Nápoles en el Bernabéu, conviene aprender de estas moralejas como la de anoche en París. El Real Madrid saldrá hoy avisado. El Nápoles también ha crecido en los últimos tiempos y así lo acreditan sus últimos resultados: no pierde un partido desde octubre.Y que nadie olvide que no hay mayor motivación para un equipo europeo que eliminar a los grandes de España.
Al margen del fútbol, anoche en El Transistor, escuchamos a Toni Nadal las razones por las que dejará de entrenar a Rafa a partir de la próxima temporada. Da pena la separación: tío y sobrino están juntos desde que Rafa tenía tres años. Una vida entera y quince temporadas en el circuito profesional. Da pena, pero no es tan raro: entre los cambios que exige el paso del tiempo está independizarse de la figura paterna, o de quien la representa.
Sólo queda agradecer a Toni toda la sensatez que nos ha transmitido y desear suerte a Carlos Moyá, su relevo a la diestra del campeón. Que les vaya bien a todos porque su buena fortuna será la nuestra.