Que acudieran todos a la cita me hace pensar que algo ganamos antes de comenzar el debate. Después, y como medida de precaución, decidimos retirar del estudio los paraguas y demás objetos pesados. Así se lo comunicamos a los interesados para relajar el ambiente. Hubo tensión, a pesar a todo.
Luis Rubiales entiende que las intervenciones del Consejo son injerencias que tienen como origen un problema personal. Alejandro Blanco reclama, a partir de la norma general, la autonomía de las Federaciones. Miguel Cardenal se remite a la ley, la misma que obliga a todos los deportes, no sólo al fútbol. Javier Tebas, más contundente, denuncia la mala fe de la Federación en todo el proceso.
Pero lo realmente importante es la influencia en la elección de los miembros de la Asamblea que designa a Villar, o no. Ese es el fondo de la cuestión, al margen del odio cainita que subyace entre las partes.
No resolvimos nada, pero fue una toma de contacto que considero positiva. Lo triste y lo desagradable de todo esto es que fue un debate para discutir la reelección de un tipo que lleva 28 años sin debatir con nadie, y quiere continuar otros 4 años más.