Pero la Copa, y sobre todo este año, sí debería ser un objetivo claro para el Real Madrid, que posiblemente sea donde tenga el camino menos empinado, y anoche le volví a ver salir dormido frente al Girona que se les adelantó en el marcador, dejando de nuevo a Marcelo, y sus despistes, en evidencia.
Llegó tarde y estaba despistado. Después despertó el Madrid como sobresaltado, y se llevaron por encima al Girona en quince minutos. Por cierto es admirable el momento que atraviesa Sergio Ramos y es admirable ver como lanza los penaltis, y la variedad de lanzamientos que tiene. Anoche volvió a lanzarlo por el centro a lo panenka y lo hizo con una precisión asombrosa. Lleva seis lanzados sin ningún fallo.
Pero como ese equipo se empeñe en ponerse palos en las ruedas ellos mismos, Marcos Llorente que reaparecía, hizo un penalti absurdo en un corner dando un manotazo a un balón alto que solo él sabía qué quiso hacer, y eso supuso el empate.
Y otra vez tocaron a arrebato y otra vez salió Sergio Ramos con uno de esos cabezazos que son embestidas, y salvó el momento, el partido y quien sabe si la eliminatoria. Porque cuando ya se especulaba nuevamente con que los goles del Madrid los hacen defensas y centrocampistas, llegó el gol de Benzema.
Me gustó el Girona, me gusta el atrevimiento con el que juega y como presiona arriba, Me gusta como club ordenado y como equipo valiente. La eliminatoria la tiene difícil, no solo por el resultado, sino porque empieza a dar la sensación de que el Madrid ha cogido ya la vía buena.