José Ramón de la Morena: "El árbitro de la Real-Barcelona tuvo la extraña habilidad de no contentar a nadie"
Anoche disfrutamos de un aperitivo de la Tamborrada durante el partido que disputaron la Real y el Barcelona. La fiesta habrá servido de consuelo para los aficionados realistas, porque su equipo no mereció perder. Se repuso del gol en contra, un penalti regalado, y dominó durante toda la segunda parte, con más brío que acierto. Al árbitro le sucedió igual: tuvo la extraña habilidad de no contentar a nadie. Debió expulsar a Messi por doble amarilla y acto seguido perdonó el que hubiera sido el segundo penalti a Neymar. A partir de ahí se pasó el partido intentando compensar errores. El caso es que, además de Tamborrada, tuvimos pañolada.
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El Atleti, por su parte, hizo mucho más que cumplir con el expediente. Marcó tres goles y pone pie y medio en las semifinales. No era un partido nada fácil, ni por la temperatura gélida ni por el rival rocoso, pero no hay frío cuando Simeone dirige la orquesta desde la banda. Ya sabemos que el Cholo no desprecia ningún título y la Copa es el que tiene más a mano. Mención aparte merecen todos los valientes que acudieron al Calderón a pesar de los vientos siberianos y el frescor del Manzanares. Hubieran merecido un abrazo de cada jugador sobre el campo, al menos, para entrar en calor.