Y si lo salva, el compromiso mayor será lo que le toque en la próxima eliminatoria de cuartos de final. El Ajax es un equipo muy joven, al que el Madrid ganó allí, pero en la actual situación el Ajax es un rival muy peligroso por la peligrosa situación que atraviesa el Real Madrid, con la autoestima machacada por el Barça, con las dudas que ha generado el equipo y el entrenador, donde no se sabe si Isco vale o no vale o le quiere o no le quiere, ni si Bale va a ser capaz de soportar la presión a la que le va a someter el Bernabéu a partir de ahora por su actitud pasota y caprichosa, ni si Carvajal y Asensio van a volver a ser lo que parecía que eran, y sobre todo ¿a quién confías el equipo?, a los jugadores expertos, llamados vacas sagradas, o a los canteranos que emergen, como Reguilón, pero que han nacido en el equipo profesional en tiempos de sequía y penurias. No es fácil decidir. Porque además de hacerlo hay que atreverse. Cualquier decisión ahora acarrea discusión y riesgos. Y ese riesgo produce un vértigo que debe ser muy fuerte para el entrenador y los jugadores.
Y entretanto el Ajax no jugó ayer su partido de Liga, porque se lo aplazaron. Y viene de ganar al Feyenoord 0-3 en la Copa el miércoles, lo que les metió en la final de la copa holandesa, algo que les habrá dado seguridad y confianza. Todo lo contrario de esa situación de vértigo al abismo que tiene el vestuario del Madrid, después que el Barça le haya pasado por encima. Ya no es solo las dos derrotas, en Liga y en Copa, es la inseguridad y la desconfianza que provocan después. Y en esas están…cuando aparece mañana el Ajax