En Italia, Infantino, el Presidente de la FIFA, un abogado suizo, que fue Secretario General de la UEFA, contestaba a una entrevista en La Gazzetta de los deportes de Italia, en la que proclamaba poner un nuevo orden para el fútbol, en el que se acorte el calendario y se reduzcan los equipos en la primera división, lo argumentaba en defensa de la salud de los futbolistas, pero con un fariseísmo cínico que clama al cielo, porque no dice nada de reducir los partidos de selecciones en esos torneos que no interesan a nadie, y que cuartean a los clubs a los futbolistas para explotarlos de manera escandalosa. Lo que hay detrás de esas declaraciones es la guerra que mantiene Infantino, presidiendo el fútbol mundial en la FIFA, contra Ceferín, que presidente el fútbol europeo en la UEFA.
Infantino quiere boicotear la Champions que organiza la Uefa, con el Mundial de Clubs que organiza la FIFA, o sea Infantino. Y le apoyan los grandes clubs de Europa, con el Barça y el Madrid, mientras el resto de los clubs europeos apoyan a Ceferín, al que ayer defendía Tebas contestado a Infantino, que si quieren reducir los calendarios, que retire el Mundialito de clubs. Y por debajo, escondiéndose, Rubiales, que cuando acabe la guerra irá corriendo a ayudar al vencedor.