CON JAVIER CANCHO

Historia del sonido de los océanos

¿Alguna vez han escuchado cómo suenan las profundidades del mundo, qué se oye en lo más hondo de los océanos?

Javier Cancho

Madrid | 09.07.2019 11:14 (Publicado 09.07.2019 11:12)

Ursula Biemann sondea la ecología acústica de la vida marina. Ursula está tratando de percibir lo que tienen que decir las criaturas del mar. Ella considera que no se recuerda lo suficiente el padecimiento que los peces están sufriendo por nuestra contaminación. Los habitantes del mar están sucumbiendo al plástico y al exceso de acidez en los océanos. Ese fenómeno está ocurriendo a un ritmo sin precedentes. Por eso, Ursula Biemann plantea que los humanos deberíamos escuchar el sonido de lo profundo antes de que sea demasiado tarde.

Lo que estamos escuchando se grabó en las islas Lofoten, en el norte de Noruega. Es la huella sónica de la vida marina. Lo que Ursula se propone es llegar a una nueva comprensión… a una percepción más contemporánea de los ecosistemas planetarios. Para captar el sonido se han empleado hidrófonos dispuestos como tentáculos sobre las rocas oscuras de las aguas profundas. El plan consiste en detectar el lenguaje del espacio submarino. Tengamos en cuenta que las manifestaciones sonoras son los modos de comunicación, navegación y supervivencia para la gran mayoría de los seres que viven en las aguas profundas. Dada la escasa visibilidad en los abismos marinos, la dimensión sónica es el medio de comunicación en el universo líquido de la máxima penumbra.

Andamos buscando nuevos mundos en otras galaxias cuando desconocemos casi todo del mundo que se oculta en las aguas profundas del planeta Tierra. Piensen en que los océanos cubren el 72 por ciento de la superficie esférica en la que vivimos. Y casi tres cuartas partes de la Tierra son agua. Y se calcula que lo explorado no sería más que el 5 por ciento de todas las profundidades abisales.

Este sonido fue grabado en el abismo Challenger, en el lugar más profundo del planeta, en el extremo sur de la fosa de las Marianas. Es un paraje que alcanza una profundidad de 10.994 metros, es decir son casi once kilómetros de columna de agua hacia el fondo.

Allí abajo la presión es mil veces superior a la de la superficie. Es el lugar más profundo localizado hasta la fecha. Son casi 11.000 metros de profundidad cuando la media en el fondo del Mediterráneo no llega a 1.400 metros. Cuando la altura del Everest no alcanza los 8.900. Recordemos que en las profundidades marinas también hay llanuras, montañas y cordilleras.

Piensen un instante en el fondo de un océano, allí existen animales formidables, adaptados a unas condiciones extremas. Allí abajo, la altísima presión del fondo y la ausencia de luz dificultan al máximo la investigación humana. Pero no sólo eso la mayor parte de las profundidades están fuera de la jurisdicción de ningún país. Allí viven, por ejemplo, los pepinos de mar. Son asombrosas criaturas en los abismos marinos donde también vive el pez quimera que tiene cara de conejo y cola de ratón. Se llama pez quimera por el monstruo de la mitología griega que estaba hecho de las partes de varios animales. Ese pez existe, puede medir hasta dos metros, dispone de una espina dorsal venenosa y es uno más entre las miles criaturas que viven en la zona de la máxima penumbra.