con javier cancho

Historia de un sabio llamado Confucio

Una pequeña impaciencia puede arruinar un gran proyecto. Esta advertencia crucial la hizo Confucio. La hizo hace un par de miles de años.

Javier Cancho

| 22.07.2020 11:17

El pensamiento de algunas personas puede llegar a sostenerse durante años. Incluso, en algún caso, durante más de dos milenios. Confucio nos advirtió de que ni nos escupen por la espalda eso es porque nosotros vamos por delante. Lao Tse llamó la atención sobre algo que forma parte del funcionamiento del mundo. El taoísmo no tiene unas normas o ceremonias definidas, básicamente lo que aconseja es seguir el camino y dejarse llevar por el ritmo natural de las cosas. Lao Tse, el fundador del taoísmo, solía recordar que no hay nada más suave que el agua. Y aún así, con su suavidad, puede introducirse tierra adentro y penetrar las montañas más rocosas. Lo que demuestra, decía el sabio, que la suavidad es mucho más fuerte que la dureza.

Puede que ustedes no lo sepan porque no suele suceder mucho a lo largo de la historia. Pero es posible que estemos pasando de la época de un imperio a la época de otro. En realidad desde que existen sólo hay dos clases de imperios. Está el imperio que ha llegado y el que ya ha sucumbido.

Es cierto, sabemos mucho de ellos. Nunca se sabe todo; pero, sabemos mucho de cómo son los estadounidenses. Y sin embargo, desconocemos casi por completo un lugar llamado China, que es un país inmenso de 1.300 millones de personas que conviven en una diversidad religiosa que existe desde la antigua época imperial. En China hay católicos, protestantes, judíos, musulmanes; aunque, la mayor influencia la siguen teniendo el taoísmo, el budismo y el confucianismo. El confucianismo no es una religión en sentido estricto.

Y en algún aspecto es lo más alejado del tiempo que estamos viviendo en Occidente, puesto que el confucianismo venera la vejez, respetándose el conocimiento experimentado de los ancianos. Confucio recomendaba concentrase en este mundo, en la vida que tenemos. Proponía mirar más allá de lo que vemos para encontrar la belleza en todas sus formas. Es curioso que hablando de belleza, 2.500 años después de Confucio en un concurso de belleza se preguntara por Confucio demostrando que más de dos milenios después muchos saben menos que nada. Le preguntaban a una miss Panamá por quién fue Confucio.

Cuando este incidente sucedió hace diez años hubo mucho revuelo. Siendo verdad que era mucho más ignorante que guapa, el cachondeo se ensañó con la muchacha de una forma sádica. Tanto que aquellos acontecimientos hubieran desagradado al propio Confucio. Le hubieran generado confusión. Puesto que él advertía de que se empieza a saber cuando se sabe que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe. También recordaba que el desconocimiento es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.