CON JAVIER CANCHO

Historia de Mr Hall

Se dedicó a la política en la ciudad de Nueva York a finales del siglo XIX. Fue un representante público muy influyente. Pero, cuando se murió fue enterrado con ropa de mujer.

Javier Cancho

Madrid | 11.09.2019 12:17

Fue en el décimo día, del noveno mes de hace exactamente 220 años. Fue en aquella fecha del 10 de septiembre cuando se fundó el Tammany Hall. El Tammany fue una organización política desde la que se manejaron los hilos de poder de la gran manzana. El Tammany Hall fue el influyente apéndice del Partido Demócrata-Republicano, también conocido como el Partido Republicano Antiguo. Lo fundó Thomas Jefferson, uno de los redactores de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Thomas Jefferson auspició la formación de aquel partido cuando las diferencias con George Washington se manifestaron sin tapujos. La política siempre ha sido así, y así ha sido en todas partes. Y sucedió que el Tammany Hall, como maquinaria política, controlaba directamente las designaciones de los candidatos. Decidía en función de intereses que no siempre, o casi nunca, eran los intereses de la ciudadanía. El Tammany, como organización, explica la influencia que los irlandeses tuvieron dentro de la política de los Estados Unidos.

El protagonista de esta historia, el señor Murray Hall perteneció a aquel entramado que ponía y quitaba políticos, que abría y cerraba negocios. Del señor Hall se cuenta que disponía de una notable influencia en el Tammany. Testimonios por el New York Times le describen como un tipo duro que se acodaba en la barra del bar y tomaba whisky sin conocimiento o fumaba y jugaba al póker sin medida.

Sin embargo, un secreto iba golpear la pétrea estructura que representaba el Tammany Hall en la ciudad de Nueva York. Una mañana del año 1901, pocos días después de la muerte del señor Hall, un periódico publicaba que aquel influyente político no había nacido hombre. Días después se ampliaba la información contándose que su verdadero nombre era Mary Anderson.

Hall empezó a vestirse como hombre en su adolescencia. Después, huyó a Estados Unidos cuando fue denunciado a la policía. La revelación de una historia como ésta propició todo un impacto en Nueva York, reflejándose entonces las actitudes más reaccionarias de la época. Se cuestionaba, por ejemplo, que Murray Hall hubiera podido votar como hombre siendo una mujer, en un tiempo en el que las mujeres ni siquiera tenían derecho al voto. Las peripecias vitales de Murray Hall han sido recuperadas ahora por una organización llamada Biblioteca de Mujeres de Glasgow. Ese colectivo considera que este caso de hace más de cien años puede ser muy inspirador para un niño transgénero o para alguien que se sienta distinto. Porque Hall vivió toda su vida sin el apoyo de nadie. Superando cada dificultad, viviendo como un hombre aunque hubiera nacido mujer.

Murray Hall murió de cáncer de mama, sin acudir al médico por temor a que se descubriera su secreto, pasó meses leyendo libros de medicina tratando de encontrar soluciones que entonces no existían.