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#HistoriaD: Historia del hundimiento de La Mercedes

El 5 de octubre de 1804, el comodoro Graham Moore, un vicealmirante de la Royal Navy, dirigió la ofensiva que atacó cuatro navíos españoles -cargados hasta la toldilla- con un tesoro procedente de las Américas.

Javier Cancho

Madrid | 05.10.2021 13:55

Esta es la voz de Michel Barnier. Hace cuatro días, en un hotel de Madrid, monsieur Barnier hacía una advertencia: está en duda…que podamos fiarnos de los británicos. Lo dijo el negociador de la Comisión Europea a propósito del Brexit.

A propósito de los británicos, el historiador inglés Stuart Laycok planteó una pregunta: ¿puede uno fiarse de un estado que ha invadido el 90 por ciento de los rincones del mundo? De los 200 países del planeta, sólo hay 22 que nunca hayan sido atacados por los británicos. Aquel 5 de octubre de 1804, estaba vigente la paz de Amiens. Pero, los británicos se limpiaron el trasero con el papel de aquel tratado.

Cuatro bajeles españoles zarparon de Montevideo cargados de tesoros americanos. Iban repletos de gente, de equipaje y de oro. De modo que aquellas naves resultaban un blanco sencillo en alta mar. Tantas toneladas impedían maniobrar con ligereza.

Con la información que el Almirantazgo inglés había recibido de sus espías, Londres envió al Golfo de Cádiz fragatas mejor equipadas que las españolas. Los británicos llevaban además carronadas de cañón corto.

Las carronadas eran inútiles en distancias superiores a 500 yardas; pero, de cerca resultaban demoledoras. La estrategia estaba muy calculada.

Miguel de Zapiain, era el comandante de la Fama, uno de los cuatro navíos españoles. Desde su reclusión posterior en Portsmouth escribió lo siguiente. Después de una navegación de 58 días desde el Río de la Plata, a las 6 y media divisamos cuatro embarcaciones de guerra. Zapiain escribió que, al principio, no se sintieron amenazados.

Consideraban que los ingleses tenían el suficiente honor como para no atacar a una nación neutral. A bordo de La Medea, el brigadier de la Armada Diego de Alvear se percató al instante de que aquellos barcos venían cargados de cañones y militares. A las 8 menos cuarto de la mañana, el comandante al cargo José de Bustamante ordena izar la señal de zafarrancho. Los ingleses formaron la línea a barlovento y ubicaron cada una de sus naves pegadas a cada una de las fragatas españolas.

Después de media hora de cañonazos, la fragata la Mercedes saltó por los aires. Murieron 249 personas. Entre ellas, la esposa y siete de los ocho hijos del brigadier Albear que contempló horrorizado, a sólo unos metros, desde el Medea, contempló el estallido y hundimiento del barco donde iba su familia.